El Centro diocesano de Orientación Familiar celebra este año sus bodas de plata. En efecto, fue inaugurado el 29 de octubre del 1999 por mi predecesor, Mons. D. Juan Antonio Reig Plá. En 2003 era creada la Asociación pública de fieles “Domus Familiae”, Centro de Orientación Familiar, sin ánimo de lucro, encargada del mismo.
Muchos fueron los motivos para su creación, pero, sobre todo, lo fue la progresiva crisis del matrimonio y de la familia debida a los cambios demográficos, económicos, culturales, jurídicos y sociales; una crisis que, lejos de amainar, ha aumentado. En el año 2021, por ejemplo, en la provincia de Castellón, en el cómputo anual, el número de divorcios superaron en 155 casos al de todos los matrimonios civiles y religiosos celebrados ese año.
A esto hay que añadir el alto número de personas que viven unidas de hecho. De otro lado crecen las demandas de guardia, custodia y alimentos de hijos menores sin consenso. Es innegable la crisis del matrimonio y la familia y, por lo tanto, la necesidad de detectar, prevenir, acompañar y tratar de ayudar a resolver las crisis matrimoniales y familiares, para apoyar esta célula básica de la sociedad y de la Iglesia, objetivo fundamental del CO
El Centro ofrece a las personas, que lo piden, un servicio de atención familiar personalizado e interdisciplinar a través de orientadores, psicólogos, psiquiatras, juristas, médicos y trabajadores sociales. En el año 2023, han sido atendidas 288 personas, de distintos países y confesiones religiosas, y que en su inmensa mayoría se muestran satisfechas por la atención recibida. El Centro ofrece también formación en relación con el matrimonio, la familia y la vida a colaboradores, usuarios y personas dedicadas a la pastoral familiar, y en educación afectivo-sexual, o formación en métodos naturales de diagnóstico de la fertilidad, entre otros. No podemos olvidar tampoco sus servicios a la nuestra Vicaría Judicial y su colaboración con otras entidades civiles y eclesiales, relacionadas con la atención del matrimonio y la familia. Todo ello muestra la importancia social y pastoral de este servicio diocesano.
Nuestra Iglesia diocesana se une al COF en esta efeméride para dar gracias a Dios por todos los dones recibidos durante estos años. Han sido 25 años de rica andadura al servicio de las personas, de las familias, de la sociedad y de la Iglesia diocesana.
Agradecemos de corazón a los voluntarios y profesionales su dedicación generosa y su entrega permanente. Ellos son testigos vivos del amor misericordioso de Dios para novios, esposos, mujeres o familias. Asi nuestra Iglesia diocesana ofrece un servicio a las personas y a la sociedad desde el Evangelio y la doctrina de la Iglesia.