El alcalde de Burriana, José Ramón Calpe, y el concejal de Cultura, Enrique Safont, han recibido esta mañana en el Ayuntamiento a los hermanos Javier y Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga, originarios de la ciudad y familiares del misionero jesuita burrianense Joaquín Vilallonga Vernia, de quien se cumplieron en 2013 los cincuenta años de su fallecimiento.
Con motivo de esta efemérides, los representantes municipales y sus familiares han abordado en la reunión la realización este año de distintos actos conmemorativos, por el momento sin fecha concreta, con la participación de la comunidad educativa del colegio público Pare Vilallonga, inaugurado un año después del fallecimiento del religioso y que, por tanto, celebra este año su medio siglo de vida.
El objetivo de estos actos es recuperar para las jóvenes generaciones la memoria de Joaquín Vilallonga, que entregó gran parte de su vida por los más necesitados y los leprosos en Filipinas y que tanto la comunidad educativa del colegio como todos los burrianenses conozcan más la figura y valoren la importancia del Padre Vilallonga.
Joaquín Vilallonga Vernia nació en Burriana el 13 de agosto de 1868, concretamente en el número 6 de la calle Sant Agustí, hijo de Juan Vilallonga y Teresa Vernia. Estudió Bachillerato en Valencia y en 1885 ingresó en la Compañía de Jesús, donde sus superiores le destinaron al estudio al apreciar sus dotes intelectuales. Posteriormente, continuó sus estudios de Filosofía y Ciencias en Tortosa, antes de su primera estancia como misionero en Filipinas, impartiendo clases de Matemáticas, Física y Teología en el Ateneo de Manila.
Más adelante, regresó a España para proseguir sus estudios de Teología en Tortosa y para su ordenación sacerdotal, que tuvo lugar el 28 de julio de 1901. Completó su formación teológica en la Universidad de San Luis (Missouri, EE UU), donde en 1903, en el transcurso de un acto, defendió de manera magistral 212 tesis impugnadas por otros teólogos, lo que le valió la felicitación personal del entonces presidente de EE UU, Theodore Roosevelt.
Joaquín Vilallonga volvió a Filipinas como profesor de Filosofía, Física y Química, y ocupando los cargos de rector del Ateneo de Manila y director del Museo de Ciencias Naturales de la misma ciudad. En 1917 fue nombrado superior de la Misión Jesuita de Davao y, en 1921, ya era el de toda la orden en Filipinas. Ese mismo año regresó a España con el cargo de Provincial de Aragón, aunque siguió viajando por Europa, América e India, donde fundó en 1934 una misión en Ahmedabad.
Reconocimientos
En 1945, el Papa Pío XII le concedió la Santa Cruz de Cristo y en 1948, tras pronunciar una oración en la tribuna del Senado de los EE UU, marchó definitivamente a Filipinas para atender por deseo expreso la leprosería de Culion.
En 1959, a sus 91 años, recibió el prestigioso Premio Magsaysay en Filipinas y el Papa Juan XXIII le otorgó la medalla Pro Ecclesia et Pontifice. El 7 de septiembre de 1962, el Embajador de España en Filipinas le concedió la Encomienda de Isabel la Católica. A sus 94 años, tras una caída de la que no se recuperó, falleció el 1 de febrero de 1963. Sus restos reposan en el cementerio de Novaliches de Filipinas.