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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 17:05

Burriana homenajeará el próximo día 3 al Padre Vilallonga

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El Consistorio repondrá la placa que en 1928 la ciudad colocó en su vivienda natal e inaugurará una exposición sobre su vida y obra.

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El alcalde de Burriana, José Ramón Calpe y el concejal de Cultura, Enrique Safont, han presentado los actos organizados el próximo miércoles íad 3 de diciembre para recordar al religioso jesuita burrianense Joaquín Vilallonga Vernia (1868-1963), una de las grandes personalidades de la historia de Burriana del siglo XX y de quien en 2013 se cumplieron 50 años de su fallecimiento.

Así, a las 18.00 horas está prevista la salida de la comitiva oficial desde el Ayuntamiento, integrada por representantes de la Corporación Municipal, familiares del Padre Vilallonga, así como representantes de la Compañía de Jesús y de la dirección del colegio que lleva su nombre y que celebra este año su primer medio siglo de vida.

Desde allí, se dirigirán a la calle San Agustín, donde repondrán en su vivienda natal la placa que en 1928 le dedicó la ciudad y que custodiaba la familia Vilallonga desde el derribo del inmueble anterior. En este sentido, el alcalde ha agradecido a los nuevos propietarios que hayan aceptado la colocación de nuevo de la lápida, que ha sido restaurada y reparada para la ocasión.

Cartel oficial
Cartel oficial

Posteriormente, los actos se trasladarán al Centre Municipal de Cultura la Mercé, donde quedará inaugurada una exposición sobre la vida y obra del Padre Vilallonga, con fotografías, objetos personales y testimonios de su labor.

"Hemos procurado que, además de recordar a un burrianense ilustre con una gran trayectoria internacional, también estén representados en estos actos los Jesuitas y también su familia", ha explicado el alcalde, quien ha concretado que asistirán en nombre de la Provincia de España de la Compañía de Jesús los religiosos José Luis Miravet y Álvaro Alemany; mientras que el embajador de España Jorge Fuentes Monzones-Vilallonga -con raíces burrianenses- encabezará la representación familiar.

El concejal de Cultura, Enrique Safont, ha recordado los actos celebrados este año por el colegio Pare Vilallonga con motivo de la efemérides y la labor del centro por dar a conocer a los alumnos la figura del religioso burrianense que da nombre al centro. "Fue precisamente el centro el que recordó con motivo de su 50 aniversario que también se cumplía medio siglo del fallecimiento del jesuita, a quien se dedicó el nuevo colegio un año después de su muerte".

Tanto José Ramón Calpe como Enrique Safont invitan a toda la población a participar el miércoles 3 de diciembre, a partir de las 18.00 horas, en los actos en recuerdo y homenaje al Padre Joaquín Vilallonga Vernia.

Biografía

Joaquín Vilallonga Vernia nació en Burriana el 13 de agosto de 1868, concretamente en el número 6 de la calle San Agustín, hijo de Juan Vilallonga y de Teresa Vernia. Estudió Bachillerato en Valencia y en 1885 ingresó en la Compañía de Jesús, donde sus superiores le destinaron al estudio al apreciar sus dotes intelectuales. Posteriormente, continuó sus estudios de Filosofía y Ciencias en Tortosa, antes de su primera estancia como misionero en Filipinas, en la que impartió clases de matemáticas, física y teología en el Ateneo de Manila.

Más adelante, regresó a España para proseguir sus estudios de teología en Tortosa y para su ordenación sacerdotal, que tuvo lugar el 28 de julio de 1901. Completó su formación teológica en la Universidad de San Luis (Missouri, EEUU), donde en 1903, en el transcurso de un acto, defendió de manera magistral 212 impugnadas por otros teólogos, lo que le valió la felicitación personal del entonces presidente de los EEUU, Theodore Roosevelt.

Joaquín Vilallonga regresó a las Filipinas como profesor de filosofía, física y química, y ocupó los cargos de rector del Ateneo de Manila y director del Museo de Ciencias Naturales de la misma ciudad. En 1917 fue nombrado superior de la Misión Jesuita de Davao y en 1921 ya era el de toda la orden en Filipinas. Ese mismo año volvió a España con el cargo de provincial de Aragón, aunque continuó viajando por Eueopa, América y la India, donde fundió en 1934 la misión de Ahmadabad.

En 1945, el Papa Pío XII le concedió la Santa Cruz de Cristo y en 1948, después de pronunciar una oración en la tribuna del Senado de los EEUU, marchó definitivamente a las Filipinas para atender, por deseo expreso, la leprosería de la isla de Culión.

En 1959, a los 91 años, recibió el prestigioso Premio Magsaysay de Filipinas y el Papa Juan XXIII le otorgó la medalla Pro Ecclesia et Pontifice. El 7 de septiembre de 1962, el embajador de España en Filipinas le concedió la Cruz de Isabel la Católica. A los 94 años, después de una caída de la que no se recuperó, falleció el 1 de febrero de 1963. Sus restos reposan en el cementerio de Novaliches, en Quezon City (área metropolitana de Manila).