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El pintor de Burriana Pepe Forner acaba de firmar la obra de un personaje ilustre que se suma a la galería de retratos que el burrianense posee del tejido político, cultural y empresarial de nuestro país y, ahora también, de la corona inglesa. El elegido es el Príncipe de Gales, heredero al trono tras el reinado de su madre Isabel II. La obra es, además, un encargo de un grupo de empresarios castellonenses que saben de la maestría y talento del pintor Forner.
El retrato de tres cuartos muestra al Príncipe en una actitud relajada y cercana. Su mano descansa en el interior del bolsillo de una impecable chaqueta y su pose parece la de un hombre conversando tranquilamente. Una media sonrisa asoma a sus labios en un rostro que concede casi todo el protagonismo a la mirada fija en su interlocutor. Ojos de un azul intenso que el pintor ha sabido compensar utilizando el mismo color frio para la corbata. El punto de luz se halla en la frente, una pista de la inteligencia y sagacidad que el pintor intuye en el eterno aspirante. En la paleta predominan los grises y ocres, tonos muy próximos a la escuela española. El fondo tiene el sello personalísimo de Forner, con un tratamiento más esbozado, donde el pincel juega a placer sin detenerse en los detalles. Pese al intento de mostrar al personaje más cercano, cordial y accesible, lo cierto es que el adjetivo que mejor se acomoda a la obra es el de elegancia.
Pepe Forner ha logrado componer una obra sobria y elegante. “El resultado es una imagen elegante de lo que yo creo que es este hombre. Quería que fuese comprensible para el mayor número de gente posible, intentar expresar cómo es esta persona. Y, lo más importante, intentando que sea arte”, señala el artista.
