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La Fundación Cajamar Comunidad Valenciana ha presentado hoy los resultados y el estado de sus trabajos de investigación agroalimentaria, entre los que destacan la obtención de más de 150 variedades hortícolas y 600 nuevas líneas de tomate y otras especies silvestres. Los ensayos que se vienen realizando sobre las nuevas líneas de tomate ante el incremento de temperaturas provocadas por el cambio climático ha sido uno de los trabajos experimentales que más han llamado la atención.
La presentación de estas investigaciones se ha realizado en la Jornada de Puertas Abiertas del Centro de Experiencias de Paiporta de la Fundación Cajamar, a la que han acudido unas 200 personas, en su mayoría técnicos y socios de cooperativas agrarias y empresas agroalimentarias, que han podido conocer de primera mano los resultados que se están obteniendo para contribuir al desarrollo y modernización de la actividad agrícola.
Esta actividad de transferencia de conocimiento ha contado con la presencia del presidente de la Fundación Cajamar Comunidad Valenciana, Santos Fernández, y del director de Negocio Agroalimentario y Cooperativo de Grupo Cajamar, Roberto García Torrente.
Proyecto TomGEM
Los asistentes a la Jornada de Puertas Abiertas han observado in situ los trabajos que se están realizando para la mejora de los cultivos en condiciones de alta temperatura, en los que colabora la Fundación Cajamar, enmarcados en el proyecto TomGEM. El Centro de Experiencias de Paiporta alberga unos invernaderos donde se está ya experimentando con el cultivo del tomate, que es el fruto carnoso de referencia para este proyecto.
Durante los próximos cuatro años, en las instalaciones de la Fundación Cajamar en Paiporta se va a comprobar la evolución de unas 1.000 especies y variedades de tomate a temperaturas elevadas, en un intento de modelizar la situación que el cambio climático puede provocar a nivel mundial en los próximos años.
TomGEM es un proyecto incluido en el programa Horizonte 2020, que financia proyectos de investigación e innovación en el contexto europeo. La iniciativa cuenta con la colaboración de 17 universidades y centros de investigación de ocho países (Francia, Reino Unido, Alemania, España, Italia, Bulgaria, Argentina y Taiwán).
El director de Negocio Agroalimentario y Cooperativo de Grupo Cajamar, Roberto García Torrente, ha afirmado al respecto que “estamos analizando el comportamiento de diferentes variedades y especies silvestres frente a las altas temperaturas, para en el futuro cruzar posible material con presencia de genes de resistencia al estrés por altas temperaturas con tomates comerciales, y así obtener nuevas variedades resistentes al calor”.
Los investigadores, académicos y expertos del proyecto TomGEM no sólo están comprometidos con la ejecución del mismo, sino también con la difusión de los resultados, tal como manifestaron en una reciente visita a las instalaciones de la Fundación Cajamar en Paiporta para conocer las características del centro. Los conocimientos científicos generados en la investigación se concretarán en estrategias prácticas para mejorar el rendimiento de frutas y verduras.
Control de plagas en sandía
Otros avances presentados en esta Jornada de Puertas Abiertas han sido los referentes a la sandía, un cultivo que crece año tras año hasta alcanzar en la actualidad 870.000 toneladas de producción y una superficie de 19.000 hectáreas cultivadas en nuestro país. El responsable de Agrosostenibilidad de la Fundación Cajamar, Carlos Baixauli, ha destacado las diferentes estrategias diseñadas para el control del oídio, un hongo aéreo con especial incidencia en este cultivo. Las investigaciones para combatir esta enfermedad beneficiarán a la producción ecológica e integrada de la sandía.
Además de la amplia gama de variedades de sandías investigadas en el Centro de Experiencias de Cajamar en Paiporta, Baixauli ha hecho hincapié en el desarrollo de varios sistemas de semiprotección con cubiertas flotantes y sistemas de acolchado para este cultivo. Su objetivo es el ahorro de agua de riego y la reducción en la incidencia de malas hierbas en la sandía. El polipropileno utilizado en las cubiertas reduce los virus y plagas y suaviza las condiciones climáticas que soporta el cultivo.
Otras de las novedades presentadas han sido las experiencias de material vegetal en tomate grueso de ensalada, con el objetivo de conseguir un mejor sabor. En el centro se han desarrollado diferentes técnicas para producir tomate valenciano, mediante portainjertos con resistencia a plagas de suelo, ya que es un cultivo especialmente sensible a estas enfermedades. Sobre patrones de tomate resistentes se han injertado los de tomate valenciano. También se han probado sistemas de cultivo sin suelo, comparando el hidropónico (solo agua) con el sustrato de fibra de coco.
El pimiento es otro cultivo en el que se ha investigado, ajustando las dosis de riego y mejorando los sistemas de entutorado al aire libre, lo que redundará en una mayor calidad y en la prolongación de la campaña de producción. En cuanto a fruticultura, se ha evaluado el material vegetal de los cítricos y de cultivos emergentes como el albaricoque y el granado.
Toda la labor investigadora desarrollada por la Fundación Cajamar se traslada al sector con actividades de transferencia de conocimiento como la jornada celebrada esta mañana, en las que se incluyen tanto formación como asesoramiento técnico. En los primeros seis meses de este año, se han impartido 45 jornadas formativas, a las que han asistido cerca de 2.000 técnicos y agricultores.