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lunes, 25 de noviembre de 2024 | Última actualización: 23:18

Ramón Calderé: «Mi destitución es justa; los marcadores son los que mandan y la acepto»

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F. F.

Ramón María Calderé ya es historia en el CD Castellón. El domingo fue destituido y este lunes se despidió de la afición albinegra convocando a los medios de comunicación en la sala de prensa. Durante veinte minutos habló y habló con esa verborrea que le caracteriza, hablar mucho y dejar sin contar lo más sabroso de todo. Consideró «justa» su destitución, habló de haber limpiado el vestuario de «gente que le ha hecho mucho daño al equipo y al club», pero se quedó a medias y no dijo los verdaderos motivos por los que fueron despedidos Javi Selvas y Rubén Suárez. «No lo puedo decir. Si hablara les haría mucho daño», sentenció.

El ya exentrenador del conjunto de la capital de la Plana empezó aceptando su despido. «La destitución es justa. La entiendo y la comparto. Los resultados están ahí. A partir de ahí, le deseo todo lo mejor a esta entidad, a este Castellón para que pronto esté donde se merece», dijo. «Creí que aquí sería el sitio para poder ascender y poder entrenar algún día en Segunda División», agregó. «Pido disculpas a todos los que habían confiado en mí por no haber podido alcanzar el objetivo», señaló.

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«Ramon Moya me ha respaldado desde el primer día que llegué aquí y le estoy agradecido», recalcó. En cambio, de lo futbolistas dijo que «no me han traicionado», para añadir que «sí que me ha molestado algunas cosas que algunos han dicho por ahí». Y fue cuando habló de los que están y de los que ya no están (Javi Selvas y Rubén Suárez: «No me he sentido traicionado por los que actualmente están; y posiblemente sí de los que ya no están». No quiso hablar de los que «ya no están» porque «le han hecho mucho daño al equipo y al club. Si yo pudiera hablar de ese daño que le han hecho, les habría mucho daño a ellos».

Agradeció a Ramón Moya que en su día le ofreciera la renovación. «La acepté porque quería culminar el proyecto que empecé, pero no ha podido ser», apuntó. Y se marchó deseándole «toda la suerte del mundo» al entrenador que le sustituya. «Que trabaje y que sea fiel a sus ideas; le dejó un buen vestuario. Chavales que se dejarán la piel para lograr el ascenso. Hay tiempo suficiente para lograr el objetivo final y prioritario», concluyó un Ramón María Calderé que estuvo solo en la sala de prensa, sin David Cruz ni Ramón Moya.