F. F.
Son cinco partidos sin ganar y eso en el Castellón no es muy normal. El domingo el equipo perdió en el campo del Alzira y acumuló la quinta jornada consecutiva sin levantar los brazos en señal de triunfo. El Ontinyent se dispara al frente de la tabla y a pesar de las duras críticas hacia el entrenador, el club no está por la labor de relevar a Ramón María Calderé. Eso de momento, porque a la vuelta de la esquina está el partido de rivalidad del domingo contra el Villarreal C en Castalia (17.00 horas) y si no se gana la presión podría ser tal que el preparador tarraconense podría pasar a formar parte de los entrenadores que han fracasado estrepitosamente en su intento por ascender al Castellón a Segunda B.
El conjunto albinegro está duodécimo en tabla clasificatoria con ocho puntos, los que le dieron la victoria contra el Jove Español en Castalia (5-1) y en el campo del Rayo Ibense (0-1), más los empates contra el Acero (1-1) y Atlético Saguntino (1-1). Además, se perdió contra el Borriol (4-0), Ontinyent (2-3) y el citado en Alzira (2-1). El panorama no es nada halagüeño, si además se agrega el mal ambiente que parecer ser reina en el vestuario por las decisiones que está tomando el entrenador.
Lo que está claro es que el domingo a partir de las 17.00 horas Ramón María Calderé se sentará en el banquillo. Su continuidad podría estar condicionada al resultado. Una derrota podría precipitar los acontecimientos, cuando se está a punto de cumplir el año de Calderé al frente del Castellón, ya que vino tras la décima jornada de la pasada campaña para sustituir a Joan Esteva.