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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 16:00

La calidad de vida de menores con daños cerebrales mejora con el entrenamiento de las habilidades sociales

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Los programas tienen que adaptarse individualmente a cada niño e implicar a la familia y su entorno

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La calidad de vida de los niños o adolescentes que han sufrido daños cerebrales mejora considerablemente si se les aplica un entrenamiento para que mejoren sus habilidades sociales. Una vez los jóvenes sufren este tipo de trastorno, se puede dañar su capacidad para adaptarse tanto físicamente como socialmente, y este hecho, produce una gran repercusión en el desarrollo del joven. Por ello, existen programas que ayudan a interactuar correctamente a los adolescentes que carecen de dichas habilidades sociales. La Dra. Carolina Colomer, directora de la clínica de Vithas NEURORHB y médico rehabilitador del Servicio de Neurorrehabilitación Pediátrica del Hospital Vithas Virgen del Consuelo asegura que los niños y adolescentes con daño cerebral a veces no cuentan con "mecanismos necesarios para relacionarse de forma adecuada con otras personas y muy a menudo presentan déficit en sus habilidades sociales (HHSS)" y prosigue: "La habilidad de interacción con los iguales y con los adultos es un aspecto muy importante en el desarrollo infantil que constituye un aspecto básico en nuestras vidas".

Las habilidades sociales son conductas o destrezas adquiridas a través del aprendizaje y son necesarias ara interactuar y relacionarse de forma eficaz y satisfactoria. Por esta razón, en Vithas NEURORHB informa la doctora Colomer: "trabajamos tanto los déficits asociados a sus lesiones como la conducta, enseñando comportamientos sociales específicos, además de comportamientos motores, cognitivos y afectivos". El objetivo de un programa de entrenamiento en habilidades sociales es que los niños aprendan a establecer relaciones interpersonales de forma adecuada dándoles las estrategias necesarias. Otro de los objetivos importantes que se persigue es que aprendan a prevenir o evitar relaciones potencialmente peligrosas, "intentamos  reducir las posibles circunstancias de riesgo", informa Carolina Colomer.

Estos programas deben ser programas muy estructurados y según matiza la Directora Clínica: "Los programas para enseñar habilidades sociales en niños y adolescentes con daño o disfunción cerebral deben comprender  diferentes áreas de interacción social" y concreta: "para hacer nuevos amigos, mantener conversaciones, crear opiniones, manifestar sentimientos,  saber solucionar  problemas interpersonales y relacionarse con los adultos". Además, la doctora manifiesta que estos programas deben aplicarse especialmente a niños y adolescentes que presentan necesidades educativas especiales o que tienen problemas y dificultades de interacción social. Por ello, es importante que los programas se adapten al "déficit cognitivo y de conducta de estos niños, así como a sus limitaciones físicas y funcionales, ser sencillos y fáciles de aplicar y muy prácticos", matiza la Directora. Estas directrices son importantes porque el programa debe crear un clima positivo y divertido para que los niños estén contentos y motivados. Algunas de las técnicas que se utilizan en Vithas NEURORHB son: el modelado, el role-playing, las autoinstrucciones, el reforzamiento o el feedback.