Bravoplaya Camping-Resort traslada a este medio de comunicación la realidad y cómo se han tenido que readaptar al coronavirus
El coche traquetea sobre la carretera mientra se enfila para acceder al Bravoplaya Camping-Resort. Este camping se encuentra situado al lado del mar Mediterráneo, concretamente en la Ribera de Cabanes. Su gerente, Fernando Fenollosa junto con Javier Domingo García narra a este medio de comunicación cómo ha sido la readaptación de los cámping (concretamente el suyo) a la nueva normalidad en plena pandemia. La incertidumbre se puede leer en los rostros de ambos ante la inestable situación, pero hacen lo que pueden para mantener ese gran resort que parece esconderse entre sus paredes. Fuera de sus muros no se puede llegar a intuir la gran cantidad de servicios que pueden llegar a ofrecer, como si se tratara de una pequeña ciudad en la orilla del mar.
Tàrsila Galdón/Castellón Información
El sol pega con fuerza sobre la piel mientras paseamos por dentro del enorme camping mientras Fenollosa explica que el año pasado por este mes contaban con 500 unidades de acampada por una media de cuatro personas, es decir, 2.000 personas dentro del camping, ahora son 260 unidades, es decir, unas 1.000, “exactamente la mitad”. Puede helar el dato, pero el gerente de Bravoplaya sonríe y asegura que dentro de lo que cabe, no son malos datos, ya que hay campings que no han tenido tanta suerte como el suyo. La música acompaña permanentemente la conversación, como si de una dulce compañera de viaje se tratara mientras matiza que de las 250 familias, 200 son nacionales y 50 extranjeros.
La Federación Española de Campings publicaba el 18 de junio que la previsión de ocupación para julio y agosto sería de un 70 % en función de la climatología, la llegada de extranjeros con la apertura de fronteras y la estabilidad de la situación sanitaria. Pues bien, el primero de los requisitos, los camping de la provincia de Castellón, sin duda, lo reúnen. La jornada de hoy ha sido un ejemplo de ello, con ese sol quemando la piel que invitaba a gozar de una buena cerveza frente al mar.
Sin embargo, los otros dos requisitos ya son más difíciles de cumplir: el veto turístico que Reino Unido ha impuesto a España, por ejemplo, no contribuye especialmente a que no sólo los británicos se animen a venir, sino también, a crear esa imagen de destino seguro tan necesario. Por otro lado, los constantes brotes que están surgiendo a nivel nacional (aunque la mayoría de ellos se concentren a Cataluña y a Aragón) también preocupan.
De hecho, justo hoy este diario ha informado del caso de una familia confinada en Oropesa, aunque la situación se encuentra totalmente bajo control según informaciones sanitarias. La Federación Española de Camping se ha unido al proyecto de Hostelería y Alojamiento Seguro de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) para impulsar el certificado ‘Camping Seguro’. Con este distintivo, se pretende crear un sistema integral para la preparación de los espacios y para promover la formación entorno las medidas del Covid. Bravoplaya, por ejemplo, luce con orgullo este distintivo.
Una de las esperanzas de la Federación Española de Campings es el repunte de autocaravanistas de turistas nacionales, ya que según los datos, ha habido un incremento del 30 %.
Por lo que respecta a estos datos, Fenollosa asegura que el turista nacional sí es cierto que ha repuntado como autocaravanista, pero “normalmente el español que alquila una autocaravana entra poco en el camping, más bien, se suele desplazar”. De hecho, Fenollosa explica que los extranjeros son quienes mejor preparados van siempre a hacer camping: “porque hay muchos que se pasan aquí 10 meses”. La temporada se suele mantener todo el año porque cuando cierran colegios, llega el turista nacional y después, cuando los vuelven abrir, de septiembre a junio, es turno del turista extranjero.
Pero toda esta lógica se ha visto aplastada por el coronavirus. De hecho, el Bravoplaya Camping-Resort tuvo que cerrar sus puertas debido a la aplicación del Estado de Alarma el quince de marzo. Fenollosa matiza mientras paseamos por las piscinas temáticas del camping que cuando llegó el confinamiento, el camping estaba lleno: “todo eran extranjeros, fueron 500 famílias y la mayoría se fueron, pero se quedaron 30”, y prosigue: “les dimos unos bungalows a cada una de las familias y hasta hace muy poco, estaban por aquí”.
Después, desde el bar del camping, el gerente de Bravoplaya apura el último trago de café mientras asegura que la capacidad de readaptación del camping lo ha sido todo para ellos. La empresa ha dejado de tener una cantidad muy importante de ingresos, además de por el cierre de la actividad, en fechas de mucha ocupación, también por la cancelación de infinitas reservas para el verano. Igualmente, el gerente del camping también se muestra orgulloso de haber podido poder contratar de nuevo a todo su personal, ya que tuvo que aplicar un ERTE: “tuvieron que estar tres meses en ERTE, pero los volvimos a llamar el 15 de junio porque el 25 volvíamos a abrir”.
A estas contrataciones hay que sumarle la contratación de veinte puestos de trabajo debido a la temporada de verano. Javier Domingo García matiza que han contratado socorristas, vigilantes, animadores deportivos, animadores… y evidentemente, con todas las medidas de seguridad necesarias. García indicaba a toda persona que no llevara mascarilla mientras recorríamos el camping que se la tenía que poner: “nos tomamos muy en serio la seguridad de las personas”, aseguraban ambos.
Medidas de seguridad
Fenollosa destaca las medidas de seguridad más importantes: “llevar siempre la mascarilla excepto cuando están en la piscina, playa o haciendo deporte”, y asegura que mientras los clientes se encuentran en la parcela o en sus bungalows no es necesario que lleven la mascarilla. La verdad es que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha elaborado junto con las Comunidades Autónomas y el Instituto para la Calidad Turísticas Española un documento para seguir las medidas de seguridad necesarias.
Entre estos requisitos se establece el necesario plan de contingencia ante un caso de coronavirus. Javier Domingo García explica que si se vieran en esta situación, el protocolo es llamar a Sanitat de la Comunitat Valenciana para que ellos ya se dispongan a realizar la trazabilidad del virus, es decir, estudiar todos los contactos del infectado para discernir el número de personas que se han podido contagiar. Además, también se toma la temperatura de los clientes cuando entran para poder detectar posibles casos.
La desinfección pasa a ser crucial también en los camping y de hecho, Fenollosa explica que ahora el hecho de desinfectar los bungalows y las parcelas cobra más importancia (aunque siempre la ha tenido). Además, ya no se admiten visitas al camping por el Covid. Hay que tener en cuenta que este es el primer camping en la Comunidad Valenciana en recibir las cinco estrellas y durante la pandemia, en celebrar actos taurinos con todas las medidas de seguridad necesarias, tal y como informó este diario.
Son muchas más las medidas de seguridad que se han adoptado para poder garantizar la seguridad de los clientes, pero estas son, sin duda, las más importantes, además de disponer de gel hidroalcoholico en todas las zonas comunes así como carteleria indicativa de las medidas de seguridad. Es necesario tener en cuenta que Bravoplaya ha limitado su capacidad de ocupación, para así, poder cumplir con los aforos que hacen posible el cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias, en definitiva para evitar las aglomeraciones.
¿Qué pasaría si se volviera a decretar un nuevo Estado de Alarma?
En realidad, la respuesta es simple: “desastre”, responde sin dudar García. Efectivamente, las esperanzas en este y en todos los camping es que la situación se controle y se estabilice para no tener que cerrar forzosamente. “Si toca quedarse y te pilla en un confinamiento, los días de más deberían ser gratis a cargo nuestro o a cargo del Estado”, explica Fenollosa y prosigue García: “en realidad, debería sufragarse por parte del Estado porque al fin y al cabo es una medida que impone él”.
Servicios
El camping no ha tenido que cerrar prácticamente nada. El gerente del lugar asegura que en el gimnasio solo se dan clases de spinning (estas son de pago) con las bicicletas siempre cumpliendo las normas de seguridad y después, permanece cerrado. También la discoteca puede continuar, ya que está al aire libre, y la pista se utiliza solamente para la minidisco y después, permanece cerrada. Las fuentes también explican que los niños disfrutan en el campo de fútbol, donde se hacían campeonatos en julio y agosto, aunque ahora no es posible por el coronavirus.
