Un edificio del siglo XVIII situado en la entrada de la población y que una vez restaurado se le dará usos culturales
Juan José Benito/Castellón Información
El Ayuntamiento de Canet lo Roig ha acometido la primera fase de rehabilitación del Calvario, un emblemático edificio del siglo XVIII.
Una actuación que ha consistido en reparar e impermeabilizar la cubierta del edificio, además de reformar la cúpula con acabado final en teja curva, para evitar la filtración de aguas pluviales en los muros.
Una primera fase acometida con fondos propios del Ayuntamiento, tal como destacaba la alcaldesa María Angeles Pallarés, quien destacaba que el objetivo de esta actuación ha sido garantizar la pervivencia de este emblemático edificio y evitar el riesgo de más desprendimientos.
Con estas obras, “se gana en seguridad, que era una de nuestras preocupaciones porque el calvario presentaba un grave y avanzado estado de deterioro y los desprendimientos eran habituales, con el consiguiente peligro que ello suponía; si además le sumamos que estamos trabajando para recuperar un Bien de Relevancia Local con la categoría de Monumento de Interés que es todo un símbolo para Canet, la satisfacción es doble”.
Pallarés, junto al arquitecto Jaume Sirera y la técnica de Conselleria de Cultura Blanca Gil, han visitado el calvario y comprobaron el resultado de la actuación.
El Calvario
Este edificio se encuentra situado sobre un montículo en la entrada de la población y es un ejemplo de la arquitectura ilustrada barroca valenciana del siglo XVIII pero, desde hace años, se encontraba prácticamente en ruinas y figuraba en la lista roja de Patrimonio.
El Ayuntamiento hizo una apuesta decidida por recuperar el emblemático edificio y el primer paso fue acordar con la Diócesis de Tortosa la cesión del Calvario al municipio para poder optar a ayudas y subvenciones que hicieran posible su reforma integral.
Pallarés decía que tras esta primera fase, “vamos a solicitar una subvención a Patrimonio para acometer la restauración de los muros exteriores y colocar las ventanas, de forma que, una vez terminados los trabajos, el Calvario recupere el esplendor de antaño y su fisonomía original”.
Asimismo, la primera edila explicaba que las actuaciones no se centrarán únicamente en el edificio, ya que también se acondicionará el terreno que lo rodea, “hemos pedido permiso a Medio Ambiente para talar los pinos que se plantaron con posterioridad y mantener los cipreses”.
La alcaldesa pedía colaboración de los vecinos ya que se tiene la intención de incorporar al Calvario la antigua veleta, “que nos hagan llegar fotos y documentos antiguos, pues no se tienen referencias de cómo estaba colocada; afortunadamente, un vecino tenía guardada la veleta original y se volverá a instalar”.
Por último, Pallarés anunciaba que una vez finalizadas las obras de reforma integral del edificio, el Ayuntamiento tiene intención de reabrirlo al público y darle un uso cultural.