Carlos Fabra ha evitado en lo posible hacer declaraciones esta mañana, y ‘no ha entrado al trapo’ cuando le han preguntado por la actitud del PP y de Alberto Fabra sobre su petición de indulto. “El indulto se lo pido al Gobierno de España, no al Consell ni al PP”. Fabra ha comparecido esta mañana como estaba previsto, en la Audiencia Provincial de Castellón y sigue a la espera de conocer si su futuro inmediato pasa o no por la cárcel.
Castellón Información
Poco o casi nada nuevo se dedujo esta mañana del circo mediático que, una vez más, se generaba en torno a la comparecencia de Carlos Fabra, ex presidente de la Diputación Provincial de Castellón, ante la Audiencia Provincial.
El ex presidente de la Diputación de Castellón, condenado por cuatro delitos fiscales, compareció, como estaba previsto, y tal como le había citado la Audiencia para darle a conocer la firmeza de la sentencia dictada en su día por este órgano judicial, tras su ratificación por el Tribunal Supremo.
Era una citación donde se le debía comunicar a Carlos Fabra y Mª Amparo Fernández como pagar la parte económica de la condena, pero también para comunicarle su entrada en prisión.
Pero tal como anunció el Tribunal Superior de Justicia, esta última parte sigue en el aire, después de que la Audiencia haya consultado a las partes para que se pronuncien sobre la solicitud de Fabra de que se suspenda cautelarmente la entrada en prisión mientras tramita el indulto que presentó el 7 de agosto en la subdelegación del Gobierno.
Una vez más los más agoreros se quedaron sin su titular estrella y se mantiene la pregunta ¿Fabra ingresará en la cárcel? Y en su caso ¿Cuál sería el centro penitenciario donde cumpliría su condena?.
Al contrario de otras ocasiones, Fabra ha decidido hoy no responder a las preguntas de los periodistas que centraban en él su atención mediática. Con su sonrisa socarrona habitual, Fabra pasaba por delante de los periodistas y tampoco hacía frente a las preguntas de cómo se había tomado la actitud del Gobierno Valenciano y el PP sobre su petición de indulto.
Si se esperaba que Carlos Fabra fuera en contra de Alberto Fabra, compañero de partido y delfín de la causa del PP durante tantos años bajo el mandato del entonces presidente provincial del PP, las preguntas pincharon en hueso. Hasta aquella que le interpelaba sobre si había elegido ya cárcel para ingresar en ella. “Que simpático”, ironizaba Carlos Fabra, quien ha afirmado en diferentes ocasiones que no pensaba solicitar el indulto, pero que lo hizo a propuesta de su abogado.
Y es que, Carlos Fabra sigue convencido de que lo suyo ha sido ‘una caza de brujas’, orquestada por sus enemigos políticos durante más de diez años, con una sentencia, que según afirma en sus recursos, estaba ya decidida de ante mano antes del juicio sin preservar en ningún momento su presunción de inocencia.
Este es precisamente uno de los temas que avalan su recurso ante el Tribunal Constitucional. Fabra está convencido también de que sus múltiples años de trabajo al frente de la provincia de Castellón lo hacen acreedor del indulto que ahora solicita al Gobierno Central.
Un indulto en el que ha contado con más respaldos de lo que quisieran reconocer los dirigentes del PP o los de la oposición, pese a que tanto el presidente provincial del PP actual, Javier Moliner, amenazó a los suyos si lo firmaban; y que ha tenido a sus principales detractores dentro de su propio partido. Tanto el presidente del Consell y del PP Valenciano, Alberto Fabra, se pronunció manifiestamente en contra del mismo y de su solicitud.
En esta tesitura, Carlos Fabra seguirá durmiendo en casa, al menos por el momento, y hasta que la Audiencia Provincial de Castellón, con las respuestas de las partes ya sobre la mesa, decida si suspende o no cautelarmente su ingreso en prisión. Pero ¿se puede dormir a gusto en condiciones como esta?
Durante su comparecencia pública, tras su condena, Carlos Fabra manifestaba a los medios de comunicación, que él había vivido un infierno de 10 años; y llegó a señalar a una periodista, que si Hacienda y sus enemigos hubieran rebuscado durante 10 años en las finanzas de cualquiera, siempre hubieran encontrado algo.
El problema es que ahora, Carlos Fabra, ha pasado de ser el hombre fuerte de la provincia de Castellón y de la Comunitat Valenciana, a ser un político condenado por corrupción, que sus propios compañeros quieren poner como ejemplo de cumplimiento con la legalidad, a través de su condena., y pase lo que pase, la opinión pública, sus compañeros de partido y sus adversarios políticos no le van a dar más alternativas que las que pueda procurarse por sí mismo con su abogado.
Por cierto, el caso Naranjax, que dio origen a la imputación y posterior condena de Carlos Fabra, también ha quedado en el archivo. No sería correcto decir que Carlos Fabra fue condenado por el caso Naranjax, ya que todas sus vinculaciones con aquella empresa y aquel entramado, fueron sobreseídas por el juez. Este ya no es el caso Naranjax. Es un caso de corrupción fiscal, en la que el político Carlos Fabra ha sido condenado por cuatro delitos fiscales por incumplir sus obligaciones de pago con Hacienda, que al fin y al cabo, y como dicen, ‘somos todos’.
