El Pacto del Grao, cercado por la situación de Brancal, retrasa los tiempos para mantener el Gobierno de Castellón
El cerco a Ali Brancal, vice alcaldesa de Castellón, por la aplicación del Código de Buen Gobierno sigue tensando relaciones en la Corporación municipal. Esta mañana, la portavoz del Grupo Municipal Popular, Begoña Carrasco, ha sido tajante: “La que tiene que cesar a la vice alcaldesa, es la alcaldesa que la nombró”. De esta forma, el PP presiona mientras los grupos del Pacto del Grao intentan retrasar los tiempos para mantener el Gobierno municipal lo mas posible ante la cercanía de las elecciones. De la Comisión Plenaria, no hay noticias.
Esperanza Molina/ Castellón Información
El cerco municipal se cierra poco a poco en torno a la vice alcaldesa de Castellón, Ali Brancal, por la aplicación el Código de Buen Gobierno. La prometida Comisión plenaria extraordinaria, que debía convocarse “lo antes posible”, sigue sin fecha y parece poco probable que se convoque antes del Pleno del jueves.
Ante esta situación, el Grupo Municipal Popular mantiene su presión. Esta mañana, la portavoz del grupo Municipal, Begoña Carrasco afirmaba de forma tajante: “La que tiene que cesar a la vice alcaldesa es la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, que la nombró para su cargo. La alcaldesa es la máxima representante de la Corporación Municipal y la que debe hacer cumplir el Código de Buen Gobierno que ella misma también firmó y se comprometió a cumplir”. Y añadía: “lo que pasa es que ahora no quieren cumplir lo que ellos mismos promovieron para otros”.
La situación no es buena para casi nadie... ¿o si?.
Por parte de Compromís, la amenaza ya está sobre la mesa: si la alcaldesa Amparo Marco (del PSOE), cesa a la vice alcaldesa, Ali Brancal, (de Compromís), en sus funciones, el Pacto del Grao puede estallar por los aires, y el equipo de Gobierno, también.
Y se da la circunstancia, de que ninguno de los tres grupos: PSOE, Compromís y Castelló en Moviment, que integran el Pacto del Grao, quiere una ruptura tan temprana a tantos meses de elecciones.
Es una cuestión de medir los tiempos y en eso están todos los grupos municipales. Pero las preguntas que se formulan todos ellos son las mismas:
¿Qué es mejor para la estrategia política?
¿Aguantar a la vice alcaldesa puede suponer una pérdida de credibilidad y de imagen para la alcaldesa?
¿Penalizarán los votantes de izquierdas a los grupos del Pacto del Grao si evidencian una ruptura antes de tiempo?.
¿Ganarán terreno los grupos de derecha con la crisis del Equipo de Gobierno?
El Grupo Municipal Popular no cederá en su presión
Al Grupo Municipal Popular la situación le viene de perlas. Las tensiones generadas en el equipo de Gobierno y dentro del Pacto del Grao ponen en evidencia las dos varas de medir con las que actúan los grupos que ahora Gobiernan. Las declaraciones publicadas en los medios de comunicación, las afirmaciones realizadas por Enric Nomdedéu, Ali Brancal o por Amparo Marco cuando exigieron la dimisión de Bataller, recogidas en documentos públicos, en actas municipales y en la hemeroteca, ponen en duda la ética de la que presumieron cuando estaban en la oposición.
El Código de Buen Gobierno, aprobado por unanimidad a instancias de Izquierda Unida y de Compromís, en abril de 2015, no deja lugar a dudas sobre lo que tendría que ocurrir ahora. Pero lejos de ser el documento ético inmaculado de que presumieron entonces, se ha convertido en papel mojado cuando los afectados son sus promotores y no el Partido Popular para quien se creó. Y cada día que pasa con los titulares de incumplimiento de código ético por parte de estos partidos, y con todas las excusas de mal pagador, le da al Grupo Municipal un discurso que le resulta beneficioso.
Compromis amaga, cierra filas y retrasa los plazos
Para Compromis, la única defensa consiste en recurrir a las palabras, rebajar ahora el nivel de la ética que reclamaron en la oposición e intentar explicar que no es lo mismo una investigación iniciada por un juzgado, que una querella interpuesta por un concejal del PP, aunque sea el juzgado la que la instruya al considerar que puede haber indicio de delito.
La formación ha cerrado filas en torno a Ali Brancal, que ya no comparece ante los medios de comunicación, como lo hacía hasta ahora.
Brancal ya no preside ni forma parte de la Comisión de Buen gobierno ante la que debería comparecer, según el informe de la secretaria municipal, y ha sido el portavoz de su grupo el que toma la palabra para intentar controlar ‘los daños’. La última intentona de Brancal de salir airosa, gestada por Compromís o promovida por Brancal, fue la de intentar ‘colar’ la creación de una Comisión de Investigación en el Ayuntamiento que, de haber sido aprobada, hubiera sido todo un fraude, y quienes la hubieran votado a favor, acusados de presunta prevaricación.
Es el portavoz de Compromís, Ignasi Garcia, el que debe convocar ahora esa comisión de Buen Gobierno, tan urgente, para que pueda defenderse Ali Brancal y en la que se dirimirá si se le aplica el Código de Buen Gobierno. Porque lo quiera o no Compromís, Brancal está investigada, y el informe de la secretaria municipal así lo reconoce, aunque la acepción jurídica haya cambiado.
Para Compromís, la única alternativa, de momento, es poner las cartas sobre la mesa, retar al PSOE a que se atreva a destituir a su socia de Gobierno, e intentar retrasar los tiempos. Por lo menos, mientras que cumplen algunos de sus objetivos de Gobierno y mientras buscan desesperadamente alguna salida mejor a la situación de Brancal.
La tensión es de tal calibre, que Compromis ya lanza balones fuera por todas partes con acusaciones hacia el PP, tanto en declaraciones públicas como en las redes sociales.
El Grupo Socialista, baila en el alambre.
El Grupo Socialista se mantiene por el momento como el guardián de las llaves. Pero la posición tampoco acaba de ser cómoda.
Hasta el momento, la crisis de su socio de gobierno, Compromís, le va de maravilla, porque supone una pérdida de imagen para los nacionalistas que podría rentabilizar el Grupo Socialista.
La posición el Grupo Socialista es un ‘sí pero no’. Es cierto que la alcaldesa podría destituir a Brancal cuando quisiera… pero en la práctica, hacerlo dejaría a Marco y al Grupo Socialista en minoría y en manos de la oposición de PP y CS. Es año electoral.
El informe de la secretaria les da una ventaja añadida, y es que, según este informe, debería ser la Comisión de Buen Gobierno la que decida si se aplica o no el Código de Buen Gobierno, y diga lo que diga el PP, la alcaldesa y su grupo se aferran a este informe para retrasar los plazos.
Las declaraciones de la alcaldesa en diferentes ocasiones no han podido ser más claras: “Si fuera mi grupo lo tendríamos muy claro”. Pero al mismo tiempo aboga por ‘dejarle tiempo de reflexión’ a Ali Brancal y a su portavoz con los que siguen manteniendo el gobierno municipal.
Cuanto más se retrase la comisión, mejor para el Grupo Socialista, que no se pronunciará hasta entonces, siempre que el desgaste de la imagen de la alcaldesa no compense esa ventaja.
Pero las relaciones del equipo de Gobierno no están nada claras y para muestra un botón:
Cuando la vice alcaldesa afirmó públicamente que tenía el apoyo del Grupo Socialista, los del PSOE lo desmintieron. Y para hablar con la alcaldesa, Ali Brancal tiene que recurrir a mandarle un e-mail.
Para Castelló en Moviment, cuanto más lejos llegue el Pacto del Grao, mejor. Por una parte, porque continuarán siendo necesarios para sacar adelante los proyectos que pactaron. Pero también, porque guardan la sensación de que un electorado de izquierdas podría no perdonar al grupo que rompa este pacto que los ha llevado al Gobierno municipal.
Y en lo que respecta a Ciudadanos, también las posiciones están claras. El desgaste del Pacto del Grao también les resulta favorable.
Así las cosas ¿Cuánto tardará la cuerda en romperse? ¿Llegará el Pacto del Grao a Reyes o a Carnavales?