Las obras, que se ejecutarán en diez meses, suponen una inversión de más de 500.000 euros y permitirán dar a conocer el valor histórico y constructivo de este enclave
El Ayuntamiento de Castellón ha iniciado las obras de ejecución del cierre para seguridad del primer y segundo recintos, centro de interpretación y puesta en valor del espacio del Castell Vell. Las obras del Castell Vell se han adjudicado por un importe de 511.60 euros a la empresa Cyrespa y el plazo de ejecución es de diez meses. La alcaldesa, Amparo Marco, ha visitado las obras junto a la concejala de Cultura, Verònica Ruiz, el cronista de la ciudad, Antonio Gascó, técnicos municipales y arquitectos de la empresa y de la dirección de obra.
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Este año, los restos del Castell Vell todavía seguirán vigilando a los Romeros en sus fiestas de la Magdalena. Pero será el último año, porque las obras de consolidación y protección del recinto permitirán incorporar los importantes restos históricos del origen de la ciudad. En un plazo de diez meses la restauración el Castell Vell será ya una realidad, y en la próxima Magdalena, los visitantes, además de buscar la tradicional 'sangre del moro', tendrán la oportunidad de tomar contacto directo con su pasado a través de los restos arqueológicos.
Y es que, según ha anunciado el equipo de gobierno, ya han comenzado las obras de ejecución del cierre para seguridad del primer y segundo recintos, centro de interpretación y puesta en valor del espacio del Castell Vell.
La actuación consiste en la mejora de la seguridad de las zonas que se van a acondicionar para ser visitadas, consistentes en el levantamiento de antepechos y/o muros, el recrecido de muros de cierre de los recintos y el cierre de diversas zonas por las cuales actualmente se accede sin control. Y, paralelamente, la puesta en valor del monumento mediante la creación de itinerarios didácticos y la construcción de un centro de interpretación. Por último, también se procederá a sacar a la luz los restos arqueológicos de la alcazaba, zona que se presume suministrará valiosa información e incrementará el interés histórico del monumento.
La concejala de Cultura, Verònica Ruiz, ha explicado que el objetivo final de estas obras, que se enmarcan en el desarrollo del Plan Director del Castell Vell y Ermitorio de la Magdalena aprobado en su día por el Ayuntamiento de Castellón, es “dar a este recinto defensivo un aprovechamiento como ruina arqueológica”. Ruiz ha indicado que se trata de “una actuación rigurosa, respetuosa con el pasado y consciente de que se trata de un legado que debemos dar a conocer y disfrutar, garantizando, a la vez, su conservación y su futuro”. En este sentido ha destacado la creación de itinerarios didácticos y la construcción de un centro de interpretación con las dotaciones necesarias para facilitar la llegada de visitantes, “que por fin podrán conocer el valor histórico y constructivo de este enclave”.
Por su parte la alcaldesa, Amparo Marco, ha hecho hincapié en la importancia que tiene este enclave para nuestra ciudad, “tanto por su valor histórico como por el valor simbólico que tiene para el pueblo de Castellón”. Marco ha explicado que para el Gobierno Local es una prioridad absoluta promocionar el patrimonio cultural como factor de desarrollo y enriquecimiento. “Queremos abrir este enclave a la ciudadanía, para que nuestros vecinos y vecinas puedan visitarlo y conocer el lugar donde comenzó la historia de nuestra ciudad hace siete siglos” ha afirmado.
El año pasado finalizaron las obras del cierre del primer recinto y la consolidación de los lienzos y torres del Oeste, con una inversión de más de 275.000 euros. Una actuación que se suma a una serie de proyectos de restauración y consolidación de lienzos, torres, murallas y anexos que se han ido ejecutando desde que en 1997, la Dirección General de Patrimonio Artístico declarara el Castell Vell de la Magdalena como Bien de Interés Cultural, convirtiéndose en el primer castillo de la provincia con dicha declaración. Las primeras intervenciones se iniciaron en el año 2000 con el objetivo de proteger los restos arqueológicos y recuperar la fortaleza de origen musulmán, que cuenta con una disposición en forma escalonada, adaptada a la forma del cerro de la ermita de la Magdalena.
