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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 13:27

Castelló busca alternativas a la ZBE sin perder el dinero de Europa pero con participación ciudadana

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Se recogen datos sobre la calidad del aire en la ciudad, porque aplicar lo que hay es ‘asfixiar a los vecinos y al comercio”

Ejecutar el proyecto de la Zona de Bajas Emisiones, tal como lo aprobó el gobierno anterior es ‘asfixiar a los vecinos y los comercios” de Castelló. Así lo ha explicado la alcaldesa, que también ha confirmado que trabaja con la responsable de la oficina económica y Fondos Europeos, para dar un nuevo rumbo a ese proyecto, sin poner en riesgo los fondos europeos.

Zona de Bajas Emisiones
Proyecto original

La ‘supermanzana de Castelló’ necesita un cambio de rumbo, pero la cosa no se presenta nada fácil si lo que se quiere, además, es no perder los fondos europeos que se asignaron a este proyecto.

La apuesta, que realizó la anterior alcaldesa, Amparo Marco, significaba cerrar al tráfico toda la almendra central de 750.000 metros cuadrados en Castellón.

Este proyecto se impulsó en diferentes fases. La primera ya estaba adjudicada tanto en redacción de proyecto como en ejecución de las obras. La segunda, se aprobó para que saliera a concurso público con la memoria ya desarrollada de la fase anterior y su ampliación a las zonas que lindan con la Ronda Mijares y la Ronda Magdalena, además del núcleo situado junto a la calle Asensi.

  • ZBE
  • ZBE
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En este sentido, introducir variaciones sobre la segunda fase parece, al menos desde el exterior, algo más fácil porque todavía no se ha adjudicado el proyecto.

Pero la duda más importante recae en la primera, en la que el ayuntamiento tendrá que buscar las alternativas legales para no perder los fondos europeos, rediseñar la actuación sobre esta zona de la ciudad, y guardarse las espaldas con la empresa adjudicataria, que ganó el concurso con junas condiciones previas.

Para ello, la alcaldesa, Begoña Carrasco, el concejal de Urbanismo y el de Movilidad han mantenido una reunión con la responsable de la Oficina económica y fondos europeos del ayuntamiento, para tener la máxima información legal antes de dar un paso adelante.

Una reunión de trabajo imprescindible antes de adoptar soluciones o incluso reunirse con la empresa adjudicataria.

Tras el encuentro, la alcaldesa de la ciudad, Begoña Carrasco, anuncia un cambio de rumbo en el proyecto de Zona de Bajas Emisiones o ‘Superalmendra’, que prevé el cierre al tráfico de 745.000 metros cuadrados de superficie urbana, dejando solo fuera las rondas. “Estamos  trabajando sobre  el proyecto para transformar la ciudad mejorando la calidad de vida, sin cerrar los accesos, sin que suponga una odisea acceder al centro”

Se trata, indicaba la alcaldesa, de avanzar en un proyecto alternativo, “sin renunciar a seguir recibiendo dinero de Europa, pero que de ninguna manera suponga la asfixia del centro y, por tanto, de los comercios y negocios de hostelería, además de los perjuicios a los residentes y vecinos, tal y como nos advierte una mayoría de castellonenses”.

Una de las opciones que se estudia es la calidad del aire con medidores que permiten tener una fotografía real de la situación del centro y, en función del resultado definitivo, abordar la reordenación de los accesos.

Carrasco manifiesta: "Exploramos las vías técnicas y legales para frenar el proyecto tal y como lo concibió el gobierno anterior. Queremos seguir transformando Castellón para que sea una ciudad más amable, más verde y accesible, yendo de la mano de  los castellonenses”.

Participación Ciudadana

En este sentido, la alcaldesa ha anunciado que se abrirá un proceso de participación ciudadana “para hacer a los castellonenses protagonistas del nuevo proyecto que vamos a rediseñar entre todos”.

Zona de Bajas Emisiones Castello

Y es que Carrasco siempre se opuso al proyecto original: “Siempre hemos manifestado nuestra disconformidad con este proyecto que genera rechazo entre una mayoría de pymes, autónomos y vecinos. La normativa europea obliga a delimitar una zona de bajas emisiones antes del 31 de diciembre de 2023, pero no dice ni cuántos metros de superficie ha de tener, ni dónde ha de ser y ahí es donde estamos trabajando. Queremos contar con la opinión del tejido social y comercial antes de hacer algo que vaya en contra de los intereses de Castellón”.