Presupuesto de 2 millones de euros para verificar la circulación que soportan estas vías, los estacionamientos y cómo cubrir sus necesidades
La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Castelló ha aprobado la contratación de sistemas de ‘monitorización’ en las calles afectadas por el Plan de Bajas Emisiones en la manzana central. El objetivo es verificar la circulación que soportan ahora esos viales y sus necesidades de aparcamiento, y también las cámaras que controlarán el tráfico.
¿Cuánto tráfico soportan ahora las calles que van a quedar integradas en el Plan de Bajas Emisiones? Se trata de la ‘gran manzana’ o, si se quiere, la ‘almendra central’ o el ‘Castelló Central’, según la denominación que quiera darle el lector.
La zona que será objeto del proyecto de peatonalización Plan de Bajas Emisiones, está delimitada por las dos Rondas de Mijares y Magdalenapor el este, Cerdán de Tallada por el norte, Sant Roc, Sanahuja, Gobernador, Guitarrista Tárrega y Casalduch por el este y Orfebre Santalínea por el sur.
El Ayuntamiento ya ha sacado a concurso la redacción del proyecto definitivo y obra, a la que se han presentado dos empresas.
Pero, de forma paralela, también aprobaba hoy otra contratación que seguramente será de interés de los vecinos que viven en la zona afectada.
Se trata de la gestión de la monitorización y control de los vehículos que circulen por el interior de esa almendra central. Y a juzgar por su presupuesto, algo más de dos millones de euros, no es para tomarlo a broma.
Según ha explicado el portavoz del equipo de Gobierno, José Luís López, para poder desarrollar la peatonalización del Castelló Central primero hay que tener constancia de cual es el volumen de tráfico real que soportan estas calles, así como del número de aparcamientos que se utilizan ahora, ya sea dentro o fuera de las viviendas.
Por ello, con este concurso se quieren desarrollar una tecnología de monitorización con el fin de poder recopilar unos datos que van a ser decisivos después, cuando se desarrolle la transformación de la ciudad.
Pero ojo, la monitorización previa es solo el primer paso. Porque esta contratación también contempla la colocación de las cámaras que deberán controlar el paso de los vehículos por esa gran manzana, el reconocimiento de matrículas, la autorización de los vecinos que tengan su domicilio o sus garajes dentro del anillo del Castelló Central; y la sanción a todos aquellos que incumplan la nueva normativa se adentren en la almendra central, constituida como Zona de Bajas Emisiones.
Dicho de otra manera, el ayuntamiento da un nuevo paso para sacar adelante el proyecto de la Zona de Bajas Emisiones para el que tiene prometida una importante aportación de los fondos europeos.
De esos más de dos millones de euros, parte del importe, en torno a 72.600 euros ya están comprometidos en el presupuesto municipal de 2022. Para 2023 la inversión ascendería a 1.673.357 euros; y el importe restante, 286.843 euros deberían reservarse y presupuestarse con cargo a los presupuestos de 2024.
Pese a los temores que ha despertado este proyecto, el portavoz del equipo de gobierno y concejal de Urbanismo, José Luís López, se ha mostrado optimista con los resultados. López entiende que la Zona de Bajas Emisiones, propuesta por Europa para ciudades de más de 50.000 habitantes, debe revertir de forma positiva en la calidad de vida de los vecinos.
También ha comentado, que el grueso del proyecto conlleva también un importante apartado de participación ciudadana y de información pública, así como un estudio de la renovación el transporte urbano de la capital de la Plana.
