Pese a ser día laborable cientos de personas acompañaron a la Lledonera y la ovacionaron mientras tañían las campanas y se lanzaban carcasas
La capital de la Plana ha recibido con cánticos, y aplausos a la Verge de Lledó en el día en el que se cumple el centenario de su proclamación como patrona de la ciudad. En un carruaje de caballos, escoltada por sus barreros, la Lledonera recorrió Castelló con las ovaciones de cientos de personas, pee a ser día laborable.
Eran las 11 de la mañana cuando la Mare de Déu de Lledó abandonaba la Basílica para trasladarse al centro de la ciudad. Porque hoy era un día grande para para la capital de la Plana, en el que se cumplía el centenario del momento en que fue proclamada patrona de la ciudad.
Aunque era día laborable, cientos de personas se congregaron en torno a la Iglesia de la Sangre, a lo largo de la calle Mayor, e la plaza de la Hierba y en la plaza Mayor.
La Lledonera visitaba la ciudad y todos los castellonenses que pudieron acudieron para darle la bienvenida, lanzarle flores, cantarle y reiterar gritos de ¡Visca la nostra mareta!.
Porque no se trata solo de una tradición religiosa. La Lledonera ocupa un lugar importante en el corazón de todos los castellonenses. La ‘mareta’ es un símbolo de identidad, de unidad, un retazo de historia de una ciudad que siempre recurrió a su amparo para demandar su protección en momentos de pestes y enfermedades; en épocas de sequías o lluvias torrenciales; en momentos de tristezas y felicidad. Es mucho más que la Verge de Lledó, es la patrona de una ciudad que siempre la ha venerado como parte de sí misma.
Esa devoción se manifestaba en el entorno de la iglesia de la Sangre, donde el carruaje que transportaba a la Verge de Lledó realizó su primera parada.
Allí, al son de las campanas de la iglesia de la Sangre, la esperaban los miembros de la Cofradía de Lledó, cofrades de la Sangre, pero también los barreros de la Virgen. Y entre aplausos, gritos de Visca la Mare de Déu Y el canto de la Salve, la Lledonera era alzada para recibir el cariño de los suyos.
No duró mucho el intervalo, lo suficiente para formar la comitiva que debía acompañar a ‘la mareta’ hasta el centro mismo de la ciudad.
Con la Policía Local de Castelló, vestida de gala, y los agentes de uniforme que abrían paso y velaban por la seguridad de los asistentes y del desfile, el carruaje recorrió muy poquito a poco el corto trayecto que había de llevar a la Virgen hasta la Plaza Mayor.
Porque en la Plaza Mayor de Castelló también la esperaban cientos de personas, las reinas de Castelló y la Corporación de la ciudad casi al completo, presidida por la alcaldesa Amparo Marco. Y lo tenían todo preparado, la zona para el público, la peana para la virgen y las andas El palio y sus portadores y las andas para los barreros.
Emocionantes fueron los momentos de espera, mientras sonaban las campanas en la Sangre y el público esperaba nervioso la llegada de su ‘mareta’.
La imagen de la Verge de Lledó es ‘pequeñita’ en tamaño, inmensa en el corazón de sus fieles, y en el relicario de su vientre se encuentra la pequeña figura de alabastro blanco que un día el labrador Perot de Granyana encontró mientras laboraba en la partida de Lidón en 1336
Tal como se acercaba el carruaje, la gente comenzó a agolparse en la entrada de la plaza. Y por fin doblaron las campanas del Fadrí y a su tañido el carruaje de la Lledonera entraba en la plaza y paraba delante de la concatedral de Santa María.
La Mare de Déu de Lledó volvió a ser alzada para recibir los aplausos de los suyos, antes de ser recoda con todo cariño por los miembros de la Cofradía para situarla en su pequeña peana.
Fueron entonces sus barreros los que la izaron con todo fervor.
Para entonces, el templo de la concatedral ya estaba completamente lleno.
Tras la lectura del ‘Magnificat’ que proclamó a la Lledonera como patrona de Castelló, fue la alcaldesa, Amparo Marco la que dio la bienvenida a ‘la mareta’, y entonces comenzó el disparo de las 100 carcasas conmemorativas.
Los barreros que portaban la imagen de la Virgen sobre su peana, sin perder el paso dieron la vuelta para dirigirse hacia el interior del tempo de la concatedral seguidos por los portadores del Palio y el resto de los asistentes.
La entrada de la Lledonera en la concatedral para recibir el homenaje religioso fue uno de los actos más emocionantes.
Ya dentro de la iglesia, la Verge de Lledó fue colocada con todo el cariño sobre un pedestal mientras se realizaba el acto religioso.
Terminada la ceremonia religiosa fueron sus barreros los que volvieron a llevarla sobre sus hombros a la puerta de la concatedral, donde la imagen volvió a montar en su carruaje para retornar a la Basílica de Lledó, escoltada por sus barreros.
El viernes 11 de noviembre se hará El Misteri de Castelló en la Concatedral de Santa María, a las 22.00 horas; y el sábado 12 de noviembre, el 'Ball perdut' en la plaza Mayor, a las 18.00 horas. El domingo 13 cerrarán la programación la misa pontifical de las 11.00 horas en la explanada de la Basílica del Lledó; y el concierto extraordinario en la Concatedral de Santa María, a las 21.00 horas.