Antonia García Valls. Portavoz del PSPV en el ayuntamiento de la Vall d'Uixó.
Hoy celebramos el 9 d’Octubre. Una fecha destacada y destacable en la Comunitat Valenciana, nuestra tierra. Con muchas celebraciones en los diferentes municipios de toda la comunidad autónoma.
Una fiesta en que reivindicamos nuestra propia identidad como pueblo, nuestra lengua, nuestras costumbres. Unas señas de identidad recogidas en nuestro Estatut d’Autonomía, desde hace muchos años y que nadie pone en duda en este momento. Unas señas que debimos esconder durante muchos años, demasiados. Todos los años del dictador.
Pero no sé que ocurre en la derecha valenciana que, en muchas ocasiones, repetitivamente, extiende la sombra de la amenaza sobre nosotros, sobre nuestras señas identitarias. Con un ánimo totalmente electoralista.
Cuando se encuentran desbordados por la situación creada por ellos mismos, cuando ya han engañado a todo el mundo con su nefasta gestión económica, cuando no tienen absolutamente nada que ofrecer a la ciudadanía, con un proyecto gastado, agotado y caduco para las personas, con un parlamento repleto de imputados, con engaños a los dependientes, a los emprendedores, a los jóvenes, a las mujeres, a los jóvenes, a los que compraron una vivienda de VPO… agotaría todo el espacio del artículo nombrando todos los colectivos a los que “su gobierno autonómico” ha “tomado el pelo” de la peor manera posible: creando expectativas, suscribiendo compromisos que nunca han cumplido, con el consiguiente desencanto y frustración de la gente.
En esta situación, que es la situación real de nuestra comunidad autónoma, en la que son incapaces de dar una respuesta clara y contundente a los problemas que viven miles de familias valencianas, vuelven a llevar a los plenos municipales mociones defendiendo “lo establecido”, lo que nadie cuestiona, la senyera, el valenciano, las instituciones valencianas… Cuestiones obvias, por legales y que no están amenazadas por nadie.
En un intento desesperado, quieren aparecer, de una manera populista como los defensores de “no sé muy bien qué”, porque, por ejemplo, de la enseñanza en valenciano no. Una lengua que utilizo casi siempre, hablando, pero que no me enseñaron en la escuela a escribirla, por estar prohibida, y aunque he intentado aprenderla y he participado en muchos cursos, no escribo de una forma correcta.
En su momento, uno de los primeros recortes del PP en la Comunitat fue cortar la posibilidad de que los que no tuvieran estudios filológicos no pudieran matricularse en lo que, entonces, era el nivel Superior de valenciano. Y ahora que existe la posibilidad de que, desde el principio se aprendan correctamente el valenciano y castellano, los que pregonan la defensa de la identidad, atentan, en ocasiones contra esta posibilidad.
Como en casi todo lo que pregonan, PoPulismo, puro y duro.
Deseo un buen día 9 de octubre a todas y todos.
