Antonia García Valls. Portavoz del PSPV en el ayuntamiento de la Vall d'Uixó.
Menos mal que nos amenazaron con que este verano no sería caluroso. Digo menos mal, porque hay días que el calor es insoportable. Pero bueno, verano mediterráneo. Pero además de caluroso, está siendo muy calentito. Nos vamos cada día a dormir con la certeza de que al día siguiente habrá alguna sorpresa, que no siempre es agradable.
El ‘caso PP’ llenando las portadas de los periódicos, no solo nacionales, sino de todo el mundo. Un partido que gobierna España, que lleva más de 20 años “supuestamente” financiándose de forma ilegal, con sobres, sobresueldos, simulaciones, diferidos, mentiras, dimes y diretes, que ha supuesto y está suponiendo la mayor estafa a la democracia de nuestro país. Un presidente del gobierno que , cuando habla, al día siguiente las noticias que aparecen desmienten sus declaraciones.
Los más ‘patriotas’, con sus actitudes y sus manifestaciones, son los que más daño hacen a la ‘marca España’.
Un gobierno que, mientras predica la austeridad, sube los sueldos de los altos cargos. Un gobierno que, mientras predica el ataque al fraude fiscal, está, “supuestamente”, haciendo uso continuado y reiterado de la “contabilidad B”, que tod@s sabemos lo que eso supone. Un gobierno que, mientras predica que son los mejores, nombra ministras que no se enteraban de lo que pasaba en sus casas, ni de donde salía el dinero para sus fiestas y fastos privados. Muy fuerte. En pleno siglo XXI.
Y ahora, Gibraltar. ¿Qué vamos a hacer? ¿Dónde está la capacidad negociadora y la brillantez internacional tan pregonada por el PP?
Está llegando un portaaviones inglés al estrecho. ¿Qué está pasando? ¿Nos estamos amenazando ambos países? Esto es resultado de esa “brillante” política internacional del PP. En su etapa anterior de gobierno, Perejil, con el ministro Trillo a la cabeza, en aquella época. Ahora Gibraltar, con Trillo de embajador en Londres. ¿Casualidad?
Todo un cúmulo de despropósitos que empañan la realidad de un país, donde viven personas que están angustiadas por el día a día que viven, por las altas tasas de desempleo, por las dificultades para comprar medicamentos, por los incumplimientos sistemáticos en la atención a las personas más vulnerables, por el agotamiento de las prestaciones sociales, por el pago de las hipotecas, por el miedo a ser desahuciadas…