El Ayuntamiento de Castellón abre las puertas del edificio para conmemorar el aniversario de su inauguración el 2 de febrero
El antiguo edificio municipal de Castellón cumplirá 328 años desde que se puso la primera piedra, y 300 de su inauguración. En conmemoración con este aniversario, el Ayuntamiento de Castellón ha abierto las puertas del edificio y organizará visitas guiadas para que los castellonenses puedan ser conocedores de su propia historia. Hoy, el cronista de la ciudad, Antonio Gascó, ha sido el guía de lujo para los periodistas de Castellón
Esperanza Molina/ Castellón Información
El edificio antiguo del Ayuntamiento de Castellón cumplirá 300 años en 2016. Con motivo de este aniversario, el cronista oficial de la Ciudad, Antoni Gascó, acompañado del vice alcalde de Castellón, Enric Nomdedeu, ha ofrecido una visita guiada a los medios de comunicación.
El primitivo Ayuntamiento de la ciudad se encontraba en el lugar que hoy ocupa la sede de Bankia, antigua Caja de Ahorros de Castellón. Los datos más antiguos que se refieren a aquel edificio se remontan a 1339, cuando el rey Pere IV autorizó a los ‘jurats’ castellonenses la construcción de del primitivo ‘Palau’ en aquel solar situado en la plaza de la Herba.
En 1658, el antiguo edificio, con más de 300 años de historia se quedaba pequeño a más de deteriorado. Fue entonces cuando se planteó por primera vez la creación de un nuevo inmueble para el Consistorio. Uno de los problemas que se suscitó, fue su ubicación. Tras barajar distintas alternativas, se optó por la plaza Mayor, donde estaba la puerta principal de Santa María, y donde se encontraba el Campanar.
El 8 de marzo de 1689 se subastaban las obras de la Casa de la Vila, y el 30 de septiembre de ese mismo año se ponía la primera piedra.
Según confirmaba esta mañana el cronista de la ciudad, Antoni Gascó, la superficie de la plaza Mayor actual dista mucho de lo que fue originalmente. Delante de la iglesia se encontraba el primitivo cementerio, y junto a él algunas antiguas viviendas. El primer trabajo de del maestro de obras, Melchor Serrano, fue el derribo de aquellos inmuebles, y el levantamiento de los terrenos del primitivo cementerio, para instalar la planta del nuevo edificio.
Según un artículo publicado por Josep Miquel Francés el 28 de junio en Mediterráneo, las obras se encontraron con numerosos problemas, entre ellos, las pestes producidas por las aguas estancadas del arroz que produjeron numerosas muertes. La encomendación de Castellón a Sant Roc para la cura de estas enfermedades y su remisión, fueron determinantes para que Castellón proclamara a Sant Roc patrono oficial de la ciudad en 1698.
Posteriormente, señala el mismo artículo, llegarían las Guerras de Sucesión, o la entrada de del Duque de Berwichs, que representaba al primer rey Borbón Felipe V, quien exigía a Castellón el pago de una enorme cantidad además del derribo de sus murallas. Castellón en situación de ruina económica, pero con un edificio Consistorial que ya no se sostenía en pie, acordó “se compongan dos cuartos, escalera y portada de la Casa nueva o aquello que fuera menester para poder habitar”.
La planta básica del actual edificio consistorial se inauguró el 2 de febrero de 1716, día de San Blas, que inmediatamente fue proclamado también como patrón de la ciudad.
El primitivo Ayuntamiento ocupaba parte del antiguo cementerio, que quedó reducido a lo que hoy se conoce como plaza del Mercadillo. Contaba de un frontal porticado, planta baja y dos plantas superiores. En la planta baja estaba situada la cárcel y la oficina de la policía. El segundo piso actual, planta noble municipal era donde se realizaba la gestión y estaba situada la capilla, bendecida el 25 de abril de 1717 donde se oficiaba la primera misa el 22 de abril del 1719. y la planta superior, que se utilizaba como almacén.
Sobre la evolución de este edificio se ha escrito poco o nada, como reconocía el cronista oficial de la ciudad. Se sabe, a tenor de lo que han contado los historiadores, que el cementerio sería clausurado y trasladado ‘al Calvari’, porque los presos de la prisión se escapaban a través del ‘fosar’, y por las medidas sanitarias que obligaron a enterrar a los muertos fuera de la ciudad para evitar contagios y epidemias. La cárcel también sería trasladada a la Ronda Magdalena, edificio que fue demolido durante el mandato de Antonio Tirado.
Y a tenor del grueso de los muros y su estructura, se puede certificar también, que el edificio fue objeto, al menos, de dos ampliaciones. Una de ellas ocupaba el antiguo callejón que comunicaba la plaza Pescadería con el cementerio, y la otra, las viviendas colindantes de la fachada trasera, hasta alcanzar la superficie de planta actual.
En el siglo XX y tras la Guerra Civil, el edificio municipal debía encontrarse en mal estado, como muestra la documentación que hace referencia al alcalde Vicente Traver, arquitecto que proyectó la reconstrucción de Santa María (Tras ser demolida por orden municipal), cuyo mandato se produjo entre 1939 y 1942. Pero no fue sino hasta el mandato municipal de Carlos Fabra Andrés, cuando se adoptaron medidas para la reconstrucción, prácticamente integral, del interior del edificio, datada en 1953.
En esta intervención, se remodela y ennoblece la actual segunda planta, al tiempo que se aprovecha la altura de los techos para generar una primera planta de gestión, entre la planta baja y la primera originales; y una planta también intermedia, en el ala norte, entre la planta noble y la antigua planta de almacén.
Datos importantes de esta época, son: la remodelación del Salón de Plenos, con decoración al estilo de la moda de la época. Se modifica la configuración de la presidencia, que pasa, de estar orientada al norte, a hacerlo al sur, como muestra la fotografía reproducida en su momento por Javier Campos. El techo también se cubre y se decora con escayola, y se ubican tres grandes lámparas cuyo volumen y peso obligan a asegurarlas con cables de gran grosor que atraviesan el techo y estaban sujetas a poleas en el piso superior.
En la Capilla destacan los frescos del pintor Ramón Catalán. En la entrada principal, la gran escalera de da acceso a la planta noble, cuya balaustrada es de mármol blanco y se abre en la planta baja para producir una perspectiva de mayor grandeza. Las paredes de la escalera fueron pintadas por Porcar con reproducciones alegóricas a la historia de la ciudad. Y sobre ella, una cristalera con el nuevo escudo municipal e Castellón (el actualmente vigente).
En 1953, y tras la renovación, el edificio contaba, por tanto con planta baja y cuatro plantas superiores. La entrada principal, frente a Santa María en la plaza Mayor. Frente a la plaza Pescadería una segunda puerta, que daba acceso a las oficinas de la Policía Local y escalera lateral interior que comunicaba todas las plantas.
Otro dato curioso es el que se refiere a los muebles del Ayuntamiento. Si bien, como reconocía el cronista oficial de la ciudad, Antonio Gascó, se puso especial atención en el área noble y espacios más institucionales, como es el Salón de Plenos o la Alcaldía; en el área de gestión menos institucional se contiene el gasto. Unas veces se opta por mobiliario más económico y convencional, en función de lo que había en la época; y en otras se ‘aprovecha’ el mobiliario sobrante de otras instituciones que habían realizado traslados o redecorado sus instalaciones.
Este fue el caso de la Sala de Comisiones de Gobierno, que comunica el área noble con la escalera interior, que durante años estuvo decorada con muebles provenientes de la antigua Cámara de Comercio. Una mesa enorme, que se restauró sobreponiendo un tablero, y que se completaba con grandes e impresionantes sillones, tapizados en rojo, que con el tiempos tendieron a hundirse… Esta sala fue aprovechada también para los encuentros con los ciudadanos, reuniones, pero también para las ruedas de prensa municipales. La profundidad de los asientos y lo elevado de la mesa, no facilitaba precisamente el oficio de los periodistas.
En la antesala de la alcaldía, entre el despacho de la secretaria y la sala de la Comisión de gobierno, un pequeño sofá y sillas de estilo isabelino, con una pequeña mesa redonda, también recibidas por herencia, que entonces estaban tapizadas en rojo. Este espacio era utilizado como sala de espera por las visitas y por los periodistas.
Durante el mandato del primer alcalde democrático, Antonio Tirado, se derribaron las ‘casas de las ánimas’ (construidas también sobre el antiguo ‘fosar’), y se levantó un nuevo edificio municipal, para poder albergar los servicios que ya no encontraban espacio en el antiguo inmueble.
Tras su inauguración, la Policía Local que todavía ocupaba la planta baja del edificio antiguo, fue traslada a los nuevos despachos.
Durante el mandato del alcalde Daniel Gozalbo, el edificio Consistorial volvió a ser objeto de renovación. La puerta lateral del edificio fue sellada para aprovechar el hueco de la escalera interior para la instalación de un ascensor. El resto de la planta baja se habilitó como zona de oficinas. En la planta noble se procedió a la restauración integral del salón de plenos.
Los trabajos del techo permitieron descubrir, por casualidad, un cuadro de gran relevancia por sus referencias, atribuido a Oliet, y datado en 1838, que había sido tapado en la reforma anterior, del 53. Se sustituyeron los asientos de los concejales por butacas que, posteriormente volverían a dejar sitio al mobiliario original. Y en la Sala de la Comisión de Gobierno, los muebles ‘prestados’ fueron sustituidos por mobiliario noble de ‘Babiloni’, con las mismas líneas que los que se crearon en su día para la Alcaldía y el Salón de plenos.
Paralelamente, también se modernizaron los despachos de las plantas de gestión.
Durante el mandato de José Luís Gimeno, el edificio también fue objeto de algunas intervenciones, fundamentalmente por defectos en la estructura que obligaron a sustituir alguna que otra viga, y refuerzo de los balcones exteriores.
El último cambio de imagen se ha realizado durante los últimos meses, con la entrada del nuevo equipo de Gobierno. Se ha centrado fundamentalmente en el reacondicionamiento de despachos en las plantas de gestión.
