Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Para empezar mi columna, tengo que confesarles que ni soy un experto en política internacional, ni tan siquiera he estado en mi vida en Ucrania.
No obstante si he recibido algunos clientes tanto de la zona occidental del país (los europeístas normalmente basados en Kiev) como de la zona más rusa, que es la situada en el sudeste del país (fundamentalmente de Odessa, Dnipropetrovsk y Donestsk).
Cuando hablaba con ellos hace pocos años, y tras la salida del país de la URRS, se les veía a todos ellos muy orgullosos de haber recuperado su propia identidad, y estaban muy lejos de poder imaginar la situación que están viviendo ahora.
No se podía observar la menor diferencia entre ellos, pero evidente la había.
Con el nacimiento de la URRS las autoridades soviéticas acometieron una política de desplazamientos humanos a lo largo y ancho de la todas las zonas, imagino que con la pretensión de que cualquier ciudadano comunista se desarraigara de sus propias raíces para evitar afrontar los problemas que ahora renacen.
Y dentro de esos desplazamientos demográficos, procuraron enviar a las zonas limítrofes con el Mar Negro y el Mar de Azov, un contingente muy importante de rusos, para mezclarse e integrarse entre los ucranios, y aunque así solía ocurrir en todos los sitios, los recién llegados conservaban su lengua y sus costumbres rusas, y los nativos del lugar las suyas, aunque unos y otros supieron adaptarse a las circunstancias.
Para quien sienta la curiosidad de analizar la situación geográfica de Ucrania verá que sus limites por el noroeste son con Bielorusia, y por el este de norte a sur, limita con Rusia y los mares antes mencionados, metida dentro de ellos, y separándoles se ubica la península de Crimea, territorio históricamente ucranio, y ahora real o aparentemente ocupado por parte del ejercito ucranio que no le presta fidelidad al nuevo gobierno, e incluso parece ser que por tropas rusas, que han sido desplazadas para apoyar a los insurgentes de Crimea.
Todo este preámbulo, viene a cuento para resaltar el valor estratégico de esta zona.
Construyendo apenas un puente de menos de 5 kilómetros de largo, cuyo proyecto lleva en marcha bastantes años, sin haberse terminado, se uniría la zona rusa cercana a Krasnodar, con el puerto de Kerch, la punta mas oriental de Crimea en el Mar de Azov, evitando los rusos, tener que entrar en suelo ucranio bordeando todo el pequeño mar de Azov desde Mariupol, para tener acceso a dos puertos de un valor estratégico trascendental como son los de Sinferopol y sobre todo Sebastopol, desde los que se controla totalmente el Mar Negro y todos sus recursos naturales.
Explicado el valor estratégico de Crimea, corresponde hacer el análisis político de Ucrania.
Desde la llegada de la democracia, se ha generado una confrontación permanente, entre los ciudadanos partidarios de integrar a Ucrania en las instituciones de la Unión Europea y aquellos que prefieren moverse bajo el manto protector de Rusia.
Hasta ahora, en las subsiguientes elecciones se han ido alternando en el poder, bajo la dirección de Yulia Timoshenko y Victor Yanukovich respectivamente.
Los primeros predominan en la zona occidental, y los segundos en la oriental, pero siempre se habían respetado los resultados de las urnas y se llegaba a poder gobernar sin grandes dificultades.
Pero al llegar Yanukovich al poder en las últimas elecciones, se juzgo y condenó a la ex Presidente, y se le tenía encarcelada, privándola de libertad y de sus derechos ciudadanos.
No puedo juzgar la decisión, ni saber si el juicio tuvo todas las garantías necesarias para la penada, pero si puedo asegurar que fue algo así como encender una mecha junto a un barril de pólvora.
El nuevo Gobierno, ignoró los protocolos de aproximación a la Unión Europea firmados por el anterior, rompiendo sus compromisos, y eso llevó la violencia a las calles de Kiev, con frecuentes manifestaciones controladas violentamente por el Gobierno.
Entre unos y otros, la capital se convirtió en un campo de batalla, de violencia y fuegocruzado y cada día que pasaba la situación se fue deteriorando hasta que el Presidente salió de la capital desapareciendo, con lo que se creo un vacío de poder, hasta que sin mediar elecciones se puso al frente de la situación el segundo de Yulia Timochenko, para poder preparar una elecciones en el plazo mínimo necesario.
Lo lamentable, es que el Ex Presidente fue a ampararse a Primer Ministro Ruso el Sr. Putin, pidiéndole que interviniera, lo cual le ha concedido la coartada perfecta para poder defender los derechos rusos en una zona repoblada fundamentalmente por ciudadanos cuyos ancestros llegaron de allí, y siguen considerándose rusos, en suelo de Ucrania.
Sin tomar partido por nadie, ya que nadie tiene toda la razón, creo que ha llegado la hora de la diplomacia, para evitar males mayores.
En éste conflicto nadie tiene nada que ganar, y sin embargo todos se arriesgan a perder.
Los rusos saben muy bien que sus contratos de suministro de gas natural a Europa Occidental, que representan cientos de miles de millones de metros cúbicos al año, podrían ser saboteados en Ucrania, de no llegarse a acuerdos por todas las partes.
Los europeos, son conocedores de los problemas de suministro energético que ellos sufrirían, de cortarse el suministro.
Para España ninguno, ya que no nos suministramos de esos gaseoductos.
Y de querer enfrentarse al problema con soluciones bélicas, ese podría ser perfectamente el origen, de una Tercera Guerra Mundial, cuyas estrategias, dimensiones y consecuencias resultan muy difíciles de evaluar hoy desde aquí.
USA, puede permitirse ver los toros desde la barrera, como simple espectadora, si quiere.
Pero lo cierto, es que tienen que ir con mucho tiento unos y otros.
A la Unión Europea, se le presenta un problema de difícil solución, ya que al no haber un solo interlocutor para defender los intereses comunes, pueden aparecer divergencias entre sus miembros, de diferentes gobiernos.
Esperemos que impere el sentido común y renuncien todos a algo, para no salir todos perjudicados.