Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Pasaron las elecciones y a la vista de los resultados, surgirán mil interpretaciones diferentes, que van a depender de la predisposición de quien las emita.
Yo por mi parte les voy a tratar de explicar las mías.
Ha sido tal la falta de credibilidad que han creado entre la ciudadanía los políticos que nos han gobernado hasta ahora, que se han combinado dos reacciones:
1-Por parte de las clases medias con un “modus vivendi estable”, la reacción ha sido fundamentalmente la ABSTENCION, ya que tanto los ciudadanos de centro derecha como de centro izquierda, nos sentimos profundamente decepcionados de quienes nos han estado gobernando alternativamente durante años.
2-Por parte del interminable ejercito de jóvenes y menos jóvenes que alimentan las listas del paro, el voto del desespero y del castigo, apoyando a quienes desde la distancia del poder por no haberlo tocado nunca, les prometen lo imposible.
Se me contra argumentará diciendo que el porcentaje de abstención ha sido muy similar al de los comicios europeos anteriores y es cierto, pero a la vista de los resultados en esta ocasión se han quedado en casa un número muy importante de gente madura y decepcionada, y esos votos han sido sustituidos por una juventud enardecida e ilusionada a través de las redes sociales, por las nuevas opciones que les han prometido un mundo diferente y lleno de oportunidades.
Por eso PP y PSOE, han sufrido un descalabro, como es la perdida de cinco millones de votos entre los dos.
De esos votos un número importante se ha quedado en su casa.
Tan solo en Cataluña y hábilmente motivados por la opciones independentistas, ha aumentado la participación situándose entre las mas altas de España, y colocando varios Eurodiputados que se van a batir el cobre, pero curiosamente con mas votos para ERC que para CiU, aunque está sacara un Eurodiputado más al ir coaligada con el PNV y CC.
Otro error del PSOE, que a través del PSC y su tripartito se arruinaron para encumbrar a ERC y en menos medida a CiU, es decir a los menos españoles entre los españoles.
Otro núcleo menos importante, ha optado por votar a opciones políticas ya existentes como IU, UPyD y CIUDADANOS, que han visto multiplicadas sus representaciones.
O a VOX (escisión del PP, como lo fue UPYD del PSOE) a la que le han faltad unos meses de tiempo o unos pocos miles de votos para alcanzar representación.
Pero lo realmente trascendente se ha producido en el aluvión de votos que han recibido desde “la nada o la casi nada”, PODEMOS y en menor medida LOS PUEBLOS DECIDEN ó PRIMAVERA EUROPEA, que entran por derecho propio en el Parlamento Europeo.
Todo ese voto, llega desde la juventud universitaria, motivada por Pablo Iglesias fundamentalmente que se ha revelado además de cómo un Profesor Universitario con mucho peso específico en su ámbito, en un comunicador brillante.
En este caso, priva simplemente el radicalismo, carente de nacionalismos.
Es la ideología universal de la izquierda con evidentes simpatías por el chavismo venezolano, aderezado con bastantes gotas de populismo utópico.
Puedo estar perfectamente equivocado, pero yo no me lo creo, como no me creí al anterior Pablo Iglesias que perfectamente podría ser su bisabuelo.
Es la misma ideología obsoleta, trasladada a un siglo después.
Para distribuir la riqueza, es fundamental crearla y para crearla no hacen falta políticos de izquierdas, cuya mayor habilidad demostrada a lo largo de un siglo, ha sido destruirla.
Hacen falta empresarios, que básicamente no brotan de la nada, sino que se hacen a si mismos, sin esperar a que nadie les dé un empleo ya sea oficial o privado,
No se puede crear riqueza desalentando la iniciativa privada, como hace la izquierda.
No es debilitando al fuerte como se fortalece al débil.
No se ayuda a los asalariados destruyendo a quienes les pagan sus salarios.
No se pueden solucionar los problemas económicos de una familia ni de un Estado, gastando más de lo que se ingresa, y pretendiendo luego que nos condonen las deudas.
Es absurdo y ridículo hablar de solidaridad o fraternidad incitando al odio de clases.
No es sensato acostumbrar al hombre a solucionarle sus problemas cuando eso es algo que cada cual debe de solucionarse por si mismo.
El Estado, debe de poner al servicio de la sociedad todos los medios para que eso sea factible, pero nunca asumir el papel de padre de familia, porque es imposible repartir lo que no se crea o no se tiene, y con todos esos requisitos, todos los estados del mundo acaban arruinados e indigentes, como se está demostrando en Venezuela y en menor medida se ha demostrado en España.
Y sin embargo ahora, parece que en momentos de crisis por la falta de ética y moral entre nuestros políticos, la panacea y solución a todos nuestros problemas para la juventud sea precisamente, LA RAZON DE NUESTRA RUINA.
Teníamos y tenemos una clase política inmoral, que ahora a la vista de su innegable fracaso abandona el barco (lo digo por Rubalcaba y sus “ad lateres” que se preparan para sustituirle sin el menor recato, para que “nada cambie”) pero nos dejan una juventud en gran parte envenenada y emponzoñada con su nefasta demagogia, sin darse cuenta de que lo que defiende aquí Iglesias, es “más de lo mismo” elevado a la enésima potencia.
Y una vez se siente en Estrasburgo y en Bruselas rodeado de los suyos y con un suculento porvenir económico, y unos ingresos extra importantes impartiendo cursos de economía por doquier, vivirá como lo hacen aquellos a los que desprecia y detesta, pero predicando todo lo contrario…….mientras le convenga.
Y lo que en España es así, en Francia e Inglaterra es radicalmente diferente.
Allí como están sufriendo a los gobiernos de izquierdas, ha arrasado le extrema derecha con exactamente unos argumentos radicalmente distintos.
Pero lo mas curioso es que a la vista de los resultados en la Europa Global, van a tener que acabar pactando POPULARES Y SOCIALDEMOCRATAS, para poder gobernar a un sinfín de grupos surgidos de la insatisfacción y el desespero, que no van a conseguir nada, pero van a vivir un quinquenio como auténticos privilegiados con el dinero de todos los contribuyentes europeos, que desde la desesperación o la ignorancia les han proporcionado esa suculenta beca inesperada.