Noticias Castellón
viernes, 22 de noviembre de 2024 | Última actualización: 09:59

Pérdida de valores en la política española

Tiempo de Lectura: 3 minutos, 42 segundos

Noticias Relacionadas

Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.

Parece que las preclaras mentes de quienes hacen los estudios de mercado de los partidos políticos, no entienden el sentido de  algunas frases que ya no cotizan en la bolsa política:

“Programa electoral, principios éticos, fidelidad a unas ideas, ser consecuente, respeto al electorado, aplicación estricta de la justicia y respeto a la legalidad vigente”.

Los programas electorales, tienen como único objetivo desconcertar al electorado, ya que se hacen para ganar elecciones y no para cumplirlos.

Los principios éticos, compiten con los de Groucho Max, que solía decir en sus películas “estos son mis principios, pero si no le gustan no se preocupe usted, que yo los cambio”.

La fidelidad a los principios e ideología del partido, es un absurdo al servicio de los vientos que soplan en cada momento.

No se puede ser consecuente con ellos, porque los ideólogos son autenticas veletas que no tienen el menor decoro, y  evolucionan en sus conductas y en sus pensamientos a un ritmo tan acelerado, que en apenas en un período electoral de cuatro años, pueden prometer una cosa y la contraria sin ruborizarse, muy probablemente porque el rubor es fruto de la vergüenza y lamentablemente para los ciudadanos, quienes nos gobiernan como los que aspiran a gobernarnos, hace años que prescindieron de ella.

Su electorado para ellos no merece el menor respeto, y la mejor prueba de ello, son las afirmaciones que antes les he expuesto.

Pueden firmar un pacto antiterrorista y a la vez preparar una hoja de ruta hacia la paz, con los mismos terroristas a los que dicen perseguir, abriéndoles las puertas de las instituciones del Estado de par en par, e incluso aleccionar a los cuerpos de Seguridad de Estado en ese sentido.

Han conseguido que el pañuelo que cubre los ojos de la Justicia sosteniendo la balanza, se anude con tanta fuerza, que la misma Justicia se queja por su falta de libertad y su ceguera impuesta al servicio de los vaivenes de los políticos de turno.

Y las Leyes, suelen parirse en partos múltiples que no necesitan de nueve meses para gestarse, sino que se engendran, analizan y promulgan a un ritmo vertiginoso, casi tan enloquecedor como el que las deroga al cambiar el Gobierno.

Eso si, quienes legislan también son muy cuidadosos en dejarse los resquicios adecuados para poder ser utilizados por ellos en caso de urgente necesidad de autodefensa.

Y para colmo, cual pescadores furtivos, no tratan de alimentar sus propios caladeros de votos y proceder a acuerdo a su ideario y a los principios fundamentales que originaron el nacimiento de cada partido, y tratan de ir a buscar la pesca en caladeros ajenos, para mayor desconcierto del votante.

Por eso precisamente ahora nos faltan referencias para saber a quien votar.

Y muchos votantes de centro derecha abandonaran al PP si surgen nuevas formaciones consecuentes, defendiendo los principios que eran irrenunciables antes para los populares, y ahora parecen olvidados en el baúl de los recuerdos.

Y lo mismo le va a ocurrir al PSOE por el centro izquierda.

El PP ha ido a pescar en ese caladero, y ello empuja hacia una izquierda más radical a un socialismo universal, que ahora se apunta a los reinos de taifas allí donde le conviene, y es incapaz de posicionarse en la sensatez y racionalidad acorde con lo que fueron sus principios fundacionales.

Ni unos ni otros han sido consecuentes y honestos con sus programas básicos, y con su pecado llevaran su penitencia.

Y van a conseguir que en España se diseñe un mapa post electoral complicado y que la gobernabilidad sea un auténtico galimatías, pendiente de mil acuerdos post electorales en los que los nacionalistas e independentistas van a jugar un papel determinante, por obra y gracia de populares y socialistas, que nunca han sabido ni querido llegar a ‘amplios Pactos de Estado’, eliminando de una forma definitiva esos egoísmos.

O se vuelven a posicionar cada uno en las posturas tradicionales de los socialistas (centro-izquierda) y populares (centro-derecha) y encuentran un punto de sensatez o vamos a revivir otro tipo de Frente Populismo nada deseado, después de las experiencias vividas hace  tres cuartos de siglo.

De ellos y de su sensatez depende la ruta a seguir en el futuro de los españoles.