Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Para evitar malentendidos, les daré la definición que he encontrado de “cantamañanas”, en la Gran Enciclopedia Universal:
“Persona informal, fantasiosa, irresponsable que no merece crédito”
Y una vez explicado su contenido, paso a explicarles mis dudas.
Yo he sido de los que pensaba que entre los candidatos a Secretario General del PSOE que se presentaban a las primarias, éste señor era quizás el mas preparado y adecuado, como expresé claramente en mi opinión hace apenas tres días en la columna que a este respecto escribió Santiago Beltrán en este medio digital.
Los dos le veíamos diferente, formado, educado, universitario y una persona que ya había pasado por la actividad privada, para ganarse la vida, lo cual es al menos una excepcionalidad y da cierta garantía a la hora de valorarle.
Ponía yo en relieve, que se había equivocado recientemente durante su campaña electoral en Cataluña al definirla como “nación” con los matices negativos que tiene el decírselo a los catalanes, como lo hizo Zapatero, y con la misma falta de sentido común, aunque al rectificar poco después , admitía yo que “rectificar es de sabios”.
Pero cuando las “meteduras de pata” se van uniendo consecutivamente una detrás de otra con excesiva frecuencia, nos obligan a cambiar de opinión.
Y este señor, a su primer error ha añadido dos más en apenas tres días.
Hasta el último de su campaña electoral, había prometido que en Noviembre de este año, el PSOE tendría unas primarias a fin de determinar el candidato del PSOE en la elecciones generales inmediatas para darle tiempo a preparar su campaña, pero después de ganar, resulta que de lo prometido no hay nada.
Espera con el paso del tiempo, ser elegido por aclamación y olvida una promesa que formularon los tres candidatos a Secretario General diciendo algunos de ellos, que aunque perdieran las primarias a Secretario General, optarían a las primarias para oponerse a Rajoy en las elecciones generales.
Mal comienzo, cuando uno antepone sus intereses personales a sus promesas, pero en éste caso el problema sólo concernía a los socialistas y era un tema menor.
Pero lo realmente trascendental (y muy equiparable a la primera decisión de Zapatero de sacar deprisa y corriendo las tropas de IRAK irreflexivamente, y ganándose el desprecio y la antipatía de EEUU) ha sido el exigirles a sus compañeros europarlamentarios socialistas, que faltasen a sus pactos firmados días antes.
Estos mismo compañeros han obedecido sus instrucciones incomprensiblemente, ya que esos pactos habían permitido que poco antes el socialista alemán Schulz, fuese elegido Presidente del Parlamento Europeo, y a Elena Valenciano se le diese la Presidencia de la Subcomisión de Derechos Humanos, y por lo tanto su obligación hubiera sido votar a Junker como Presidente Europeo, en cumplimiento de lo pactado.
He oído a Fernando Jaúregui, experto parlamentario europeo por el PSOE quejarse amargamente, por haber tenido que votar en contra de su conciencia y honor, como imagino que lo habrán hecho Elena Valenciano y quienes suscribieron el acuerdo, ya que han perdido totalmente su credibilidad política y parlamentaria por obra y gracia del capricho de quien cuarenta y ocho horas antes, había prometido que huiría de posicionamientos populistas fuera de toda lógica.
Me gustaría que Pedro Sánchez me explicara las razones para poner a los pies de los caballos, a sus compañeros europarlamentarios.
Uno cuando llega a un cargo, tiene que respetar fundamentalmente los compromisos contraídos legalmente, por sus antecesores, y si no lo hace se descalifica a si mismo.
¿Obligará también a Elena Valenciano a renunciar a la Presidencia de su subcomisión, obtenida como consecuencia de los pactos firmados, con la importante compensación económica que eso lleva consigo?
De momento parece ser, que Rubalcaba no le ha cedido su despacho todavía en Ferraz, y ha tenido que ubicarse en el de Griñán, y no me extrañaría que eso tuviera algo que ver con su decisión.
Al igual que Zapatero fue despreciado, ninguneado e ignorado en todos los foros internacionales durante su mandato, Pedro Sánchez podría serlo en el futuro, ya que no sólo se ha ganado la antipatía de Junker o de los populares europeos, sino que ha dejado en muy mal lugar al socialismo español en Europa, y sobre todo a sus compañeros de partido, que sin el menor género de dudas se sentirán avergonzados de su conducta.
Hoy la palabra o la firma de un socialista español en Europa, es poco menos que nada.
Son tres resbalones de difícil explicación los que ha cometido el joven líder socialista, en muy poco tiempo.
Ha vendido la imagen de que “pactar con socialistas españoles en Europa, sea como pactar con el Diablo” porque esos pactos, son papel mojado que ellos pueden obviar cuando y como quieran.
Lo siento, pero tengo que reconocer que mi olfato para detectar la calidad de los líderes socialistas, es totalmente prescindible.
Me falló mi instinto con Zapatero, y quizás he vuelto a tropezar con la misma piedra.
Pedro Sánchez tendrá que sacarme del error, pero mucho me temo, que no le den tiempo para hacerlo, como le ocurrió a Borrell.
O fulmina de una manera vertiginosa al “Aparato de Rubalcaba y Zapatero”, o corre el riesgo de que le encuentren algún renuncio en su actividad política dentro del partido o fuera de él, para perseguirle encarnizadamente, como le hicieron a Borrel los del aparato anterior, después de haberle ganado unas primarias a Almunía, inesperadamente.
El aparato, no suele perdonar a los traidores, y él ha traicionado las decisiones tomadas antes de su llegada.