Casimiro López. Obispo de Segorbe-Castellón.
Cada cuarto domingo de enero, este año el día 28, celebramos la Jornada de Infancia Misionera. Estará precedida y preparada en nuestra Diócesis por el encuentro anual de Infancia Misionera, el día anterior, el sábado 27. En Navidad acabamos de contemplar a Dios en la fragilidad de un niño; fragilidad y fortaleza para vivir intensamente la misión que Dios Padre le ha confiado. Es allí, en Belén y en Nazaret, donde podemos descubrir la fuerza y el vigor de los niños, a quienes más tarde Jesús propondrá como camino para el Reino de los cielos. Es en ellos y en su colaboración donde el obispo Forbin-Janson descubrió el manantial de esta cooperación misionera.
El lema para la Jornada de este año reza ‘Atrévete a ser misionero’. A más de uno le podría parecer inapropiado para los pequeños. Pero no lo es. Porque hay verlo como el cuarto de los pasos que se han ido proponiendo en los últimos años; pasos que están íntimamente vinculados con las dimensiones del proceso de la iniciación cristiana de la infancia: anunciarles a Jesús y el Evangelio, acompañarles en encuentro personal con Jesús en la oración y los sacramentos, invitarles al seguimiento de Jesús en la vida cristiana y animarles a una respuesta clara y sin dilaciones en su compromiso misionero para llevar a otros niños al conocimiento de Jesús y ayudarles en sus necesidades. Estos cuatro pasos son necesarios para el crecimiento en nuestros pequeños de la nueva Vida que recibieron en su bautismo y que les llama a ser discípulos misioneros. Así nos lo hemos propuesto también en nuestra programación pastoral para este año. No podemos hurtarles la posibilidad de escuchar la llamada de Jesús a compartir su misión.
Ya el lema del pasado Domund, ‘Sé valiente, la misión te espera’, ha ido disponiendo los corazones de los niños -y de los mayores- para dar el paso al compromiso. El papa Francisco nos urge a caminar por esta senda con audacia y valor; pero su origen profundo está en el mismo Evangelio, donde Jesús llama, interpela y envía a anunciar por el mundo lo que hemos recibido de Él, también a los pequeños.
La Jornada Mundial de la Infancia Misionera, nos dice el Papa, "es la fiesta de los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo". Por ello, los educadores, padres, catequistas, profesores cristianos y de religión, y -cómo no- los sacerdotes hemos de cultivar en los pequeños el espíritu misionero para que no sean niños y niñas 'cerrados' en sí mismos, sino abiertos a los demás, y para que vean un gran horizonte en su vida de modo que sus corazones vayan hacia adelante y nazcan entre ellos testimonios de la ternura de Dios y anunciadores de su amor.
La Obra de la Infancia Misionera nació para que los niños cristianos pudieran ayudar a los niños de los países de misión. Fue puesta en marcha en 1843 por el obispo francés Forbin-Janson, quien propuso a los niños un reto: “Podéis ayudarme a salvar a los niños de China rezando un avemaría cada noche y ofreciendo por ellos una limosna”. De esta forma tan fácil, los niños pueden asumir su compromiso misionero. Sí, también los niños son y pueden ser misioneros para lejanos y cercanos. Esta es la razón honda y la propuesta educativa de la Infancia Misionera: dar al niño o niña el protagonismo misionero que le corresponde por razón de su bautismo. Los niños y niñas de Infancia Misionera escuchan, contemplan, preguntan, rezan y entregan su ofrenda con amor. No importa la cantidad, sino el amor con que lo ofrecen.
La Infancia Misionera es muy actual y está muy viva entre nosotros. Así nos lo muestra año tras año el gran número de niños y niñas de nuestra Diócesis que participan con gran alegría en el encuentro diocesano. Los niños que han tenido la dicha y la experiencia de encontrarse con Jesús y seguirle, se lo dicen a los demás y se lo muestran con generosas obras de solidaridad y de fraternidad. Animo a todas las parroquias y colegios difundir la Infancia Misionera entre los pequeños.
Y vosotros, queridos niños y niñas de Infancia Misionera: ¡Continuad así! Os esperamos en el Encuentro del sábado próximo, día 27, en el Seminario Diocesano Mater Dei. ¡No perdáis vuestro espíritu misionero! Los adultos os apoyamos con nuestra oración, con nuestro aliento y con nuestra generosa aportación económica.