Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
¿Para que esperar tanto, cuando ya sabíamos el punto de partida y el final del recorrido?
¿Qué nuevos delitos se les pueden imputar a los dirigentes sediciosos del independentismo catalán, que no hubieran cometido ya desde el primer momento en que vulnerando el respeto a nuestra Constitución y al Estatuto de Autonomía de Cataluña, firmaron en el Parlamento Catalán una aciaga noche de la primera semana de Septiembre?
¿Para que se ha tenido que vivir un 1 de Octubre lleno de zozobra y choques evitables entre las Fuerzas del Orden españolas y los independentistas catalanes, mientras los Mossos de Escuadra (parecen un Ejercito de Paz al servicio del Independentismo pero pagados espléndidamente por los españoles) cruzados de brazos, ignoran estoicamente el mandato de la Justicia, para precintar e inutilizar los seudo colegios electorales, montados ilegalmente en todo el suelo catalán?
Todo eso se hubiera evitado, si se hubiera detenido preventivamente a los delincuentes convictos y confesos con sus propias actitudes, desde el primer momento en que llevaron a cabo sus delitos.
La Justicia, cuando se ralentiza, complica sensiblemente los procesos judiciales cargándose de aparente injusticia.
Ahora nos espera otra semana de zozobra y estrategias contrapuestas por parte de los delincuentes y el Gobierno Español, para que Puigdemont, Junqueras, Forcadell y todos sus satélites imprescindibles, decidan proclamar unilateralmente la Independencia, para proceder a encarcelarlos después de la ‘butifarrada’ lamentable de un Referéndum en el que vivimos escenas tan ridículas, como ver como se les caían de las manos unas urnas cubiertas con bolsas de plástico negras y al abrirse aparecían en el suelo diseminadas las papeletas que ya estaban dentro de las urnas, cuando las llevaban a los Colegios Electorales, antes de abrirlos.
Los resultados que puedan salir de esas urnas de pacotilla, carecen de valor.
Como carecen de la menor credibilidad todos esos indeseables políticos, que sin duda acabaran encarcelados antes o después y serán imputados por una serie de delitos innegables, que ellos se esforzaran en negar cuando los han cometido delante de todo el mundo.
Pero si eso me parece ridículo, lo que realmente me parece increíble es la ignorancia de muchos personajes públicos catalanes, que han querido vincular ‘el derecho a votar’ con la Democracia.
Escuchar a deportistas de elite como Pique, Xavi y Guardiola, reclamando su derecho a votar algo ilegal, me demuestra que son admirables con el balón en los pies, pero poco más.
Emitir el voto sobre temas ilegales, es sólo una pérdida de tiempo y ganas de crear conflictos.
Ni el Presidente del Gobierno, ni cualquier otra persona española, tienen potestad para autorizar un Referéndum que viole nuestra Constitución.
Para eso hay unos cauces legales a través de nuestras Cortes Generales y solo a través de esos cauces, se puede llegar a cambiar una Constitución que protege a todos los españoles de los caprichos de minorías obnubiladas.
Y eso, lo saben o deberían de saber todos esos sesudos representantes catalanes, que ostentan sus cargos representativos en Cataluña, gracias a la Constitución y sin embargo no dudan en empujar a sus conciudadanos mas o menos ignorantes, una vez cada medio siglo más o menos, para conseguir su impunidad por los múltiples delitos que han cometido en el ejercicio de sus cargos, robando, prevaricando o desviando miles de millones en beneficio propio o de sus allegados.
Me parece incomprensible que algo tan evidente no lo detecten los catalanes honestos e informados.
Pero claro con la manipulación llevada a cabo durante medio siglo en la educación de sus jóvenes (ahora ya cincuentones muchos de ellos) y el sectarismo de sus medios de información que sobreviven de la publicidad y subvenciones oficiales, todo eso resulta mas comprensible.
Cualquier día, quizás nos enteremos de que el nazi Goebels, tiene descendientes incrustados entre los políticos catalanes o entre sus secuaces en medios de comunicación financiados por ellos.
Y mientras tanto, nuestro Gobierno esperando a que los higos caigan maduros de la higuera, para no ensuciarse las manos.
¡No Mariano, no es eso!