Enrique Domínguez. Economista.
En los últimos meses y en diferentes medios escritos se ha hecho referencia, incluso con grandes caracteres, al incremento de la producción en el sector cerámico castellonense.
Sin embargo, ese afán por querer encontrar hechos positivos en la marcha de la economía provincial a partir del sector cerámico, no tiene en cuenta el riesgo que ello comporta. Hay un aumento de la producción y, posiblemente, mejoremos el comportamiento del sector italiano, pero esa mayor producción hay que venderla y, como es lógico, nuestros competidores, cada vez más numerosos y en más países, también registran avances en sus producciones.
Y todo ello obliga al sector a seguir vendiendo lo que produce; mejor dicho, a intentar venderlo. Para ello se recurre a retoques a la baja en los precios o a reventarlos. En todo caso, el sector, en su mayor parte, continúa vendiendo a precios muy ajustados, demasiado.
Y sobre esta situación, han incidido en el último año varios hechos destacables que acentúan las dificultades de las empresas y que, en su momento, dieron pie a hablar de despidos o cierres.
Hace un año el sector estaba en pleno proceso de negociación del convenio laboral, proceso que desembocó en huelga, algo inusual en el sector, pero que terminó con la firma del mismo. Esa situación de tensión social y de mayor gasto que suponía, creaba dificultades a algunas firmas al coincidir con el momento álgido de la crisis.
La posible tasa sobre el gas, el ‘tasazo’ como se la definía en algunos medios, también se decía que podía suponer unas pérdidas importantes para el sector si se aplicaba tal como estaba planteada y, por tanto, el despido de trabajadores y el cierre de empresas. En este caso, las presiones del sector y el análisis reflexionado del tema, consiguió que la tasa fuera rebajada ampliamente y que su incidencia haya sido mucho menor de lo previsto.
Y actualmente, la tasa sobre la cogeneración, otro ‘tasazo’, añade nuevos gastos al sector y encarecerá el precio final del producto. Pero en este caso, las presiones del sector ante el Ministerio de Industria no han fructificado y se aplicará en su totalidad.
En los tres casos llueve sobre mojado y en los tres se recibe el golpe sobre la misma herida. Y esa herida, metafóricamente hablando, es la que hemos apuntado al principio: el trabajar con precios muy ajustados, el vender por precio.
Hemos señalado en diferentes comentarios que se producen azulejos en cualquier parte del mundo, que aumentan los competidores y que crece la producción mundial. Si nos alegramos de que se incremente mes a mes la producción cerámica y si queremos venderla toda en un mercado cada vez más competitivo, o modificamos nuestros objetivos o nos dirigiremos hacia un escenario de creciente dificultad y de menores posibilidades.
Seguramente hay un exceso de producción en el sector y sobran empresas. Firmas con marcas reconocidas se cuentan con los dedos de las manos; vender con mayor valor añadido debería ser el reto del sector. Es complicado, pero, al final quedaran las empresas que tengan ese lema como misión.
Si la tasa eléctrica no se va a rebajar, y aunque la energía sea bastante más cara para las firmas de cerámica en España que para las empresas azulejeras en Italia o en Polonia, ¿no creen ustedes que la alternativa, para las empresas que puedan, debería dirigirse a producciones con mayor valor añadido y lo que ello comporta: más internacionalización, investigación, cualificación, formación, multilocalización, marketing,..?