Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
La desfachatez y la desvergüenza con las que las élites extractivas hicieron piña con Rodrigo Rato ante lo acaecido en su comparecencia en el parlamento catalán hace unas semanas recuerdan mucho a lo que ocurría en la magistral película de Martín Scorsese. Cerraron filas con “uno de los suyos”. Nunca mejor dicho. Y el escándalo de las preferentes o de los gemelos de 3.000 euros casi alcanza, a pesar de su obscenidad, la categoría de anécdota ante la gravedad de lo que están haciendo.
Así, las cifras de la desvergüenza, las cifras del escándalo protagonizado por esas élites extractivas son tozudas. De esta manera, nos encontramos con que entre el año 2007 y el año 2012 las cifras de recaudación del Impuesto de Sociedades han pasado de 44.823 millones a apenas 21,435 millones de euros, desplomándose en un 52 %. Por el contrario, en el mismo periodo, las cifras recaudadas por el IRPF, el impuesto que grava sobre todo a los trabajadores, apenas cayó un 2,7 %, pasando de 72.600 millones a 70.600. Y ello, en una situación en la que, recordemos, el paro se ha triplicado y la renta familiar sobre el conjunto del PIB se ha situado por debajo del 50 %. Bien, ¿cómo se explican estas cifras? ¿Cómo se explica que la recaudación del impuesto que pagan las empresas baje infinitamente más que la recaudación de lo que pagan los trabajadores?
Pues bien, fundamentalmente por ese concepto al que son tan aficionados nuestras élites extractivas conocido con el nombre de elusión fiscal, y que rima tan bien con el de evasión, y que se centra además en las grandes empresas y no en las Pymes. De hecho, y aunque el tipo impositivo está situado en un 30 % sobre los beneficios para las grandes corporaciones y en un 25 % para las Pymes, lo cierto es que, aplicados los trucos contables y las deducciones, lo que pagan las grandes corporaciones es apenas un 3,5 % según los datos oficiales de la Agencia Tributaria en el 2011, mientras que las pequeñas empresas abonan un tipo del 16,7 % sobre sus beneficios contables. Tremendo, ¿no? Como tremendo es el dato de que, según el economista Lago, entre el 2007 y el 2011 el Estado hubiera recaudado 141.000 millones de euros si el tipo real hubiera sido del 28,5 %, cerca del 30 % que en teoría abonaban.
Unamos a todo eso los 88.000 millones al año que según GESTHA el fisco deja de recaudar por evasión fiscal propiamente dicha, y tendremos el retrato completo de la situación. ¿A que eso sí que es un escándalo?
