El portal especializado Laccop recoge que la busqueda de viviendas unifamiliares entre enero y junio de este año alcanzó un 189 por ciento en la Comunitat Valenciana
Ramón Pardo/Castellón Información
El sector inmobiliario de la provincia de Castellón ha constatado los cambios en los hábitos sociales generados durante los meses de la pandemia, que refleja un crecimiento de la demanda de unifamiliares. Así, tanto el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos como los portales especializados recogen una tendencia clara hacia la búsqueda de chalets en detrimento de los adosados. Urbanizaciones en la periferia de las ciudades o en municipios pequeños son las zonas demandadas por quienes buscan compaginar teletrabajo con tranquilidad en espacios abiertos en los que afrontar medidas de confinamiento.
El portal especializado Lacoop recoge un incremento del 189 por ciento de la demanda de chalets en la Comunitat Valenciana y por ende en Castelló en el primer semestre de este año en comparación con ese período de 2020. Al tiempo que apunta que una de cada cuatro personas que buscan vivienda opta por un unifamiliar. Una tendencia que se empezó a ver a partir de marzo de 2020, como apunta la responsable de Lacoop Estudios, Mónica Abril, quien añade que esa tendencia “no solo se está consolidando, sino que está en auge. La mayoría de los compradores pensaba antes que cuanto más céntrica fuera su residencia mejor, pero ese pensamiento ahora ha cambiado. Se valora mucho más el espacio al aire libre y disponer de terraza o jardín”.
Son tendencias que en el caso de la provincia de Castellón corroboran desde el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, donde se observa un incremento de la solicitud de visados para este tipo de viviendas, tendencia que ha superado a las peticiones para los tradicionales adosados. Añaden que los proyectos que se registran para obtener nuevos visados los hay de quienes adquieren un solar entre medianeras y hacer una casa aprovechando sus características, a quien acomete una reforma en profundidad de una casa campestre, fruto de una herencia o aquellos que optan por reconstruir la vivienda desde los cimientos.
Aunque en estos meses de pandemia se haya extendido la idea de que la gente busca unifamiliares en pequeños municipios, las ciudades, sus alrededores, también sirven a la idea de compaginar teletrabajo y espacios abiertos. De hecho, hay visados de obras en Castellón capital, en el entorno del estadio Castalía o de la ermita-ermita-basílica de la Virgen de Lledó, o en la salida hacia la vecina Vila-real.
La motivación de los inversores inmobiliarios son evidentes y pasan por la necesidad de adaptarse a las nuevas normas para atajar la pandemia. Por ello para afrontar cierres o toques de queda los compradores optan por viviendas lo más amplias posibles y con espacios privados y al aire libre.
Y es que la pandemia y el teletrabajo son dos de los principales factores por los que muchos compradores de vivienda busquen fijar su nueva residencia en las afueras de las ciudades o en pueblos cercanos, con buenas infraestructuras de comunicación con la ciudad, buena conectividad y servicios.
"Además del espacio y los metros que tenga la casa, se busca que cuente con una buena red de transporte público, zonas comunes como piscina o gimnasio, y cercano a centros educativos. Hay cooperativas de viviendas en zonas periféricas que reúnen todos estos requisitos y que además conllevan un importante ahorro económico", como recalca Mónica Abril.
