Marisol Linares. Ex diputada del PP.
Acaba el verano y empieza la vida cotidiana para la mayoría de los españoles. El inicio del curso escolar marca la barrera que separa las vacaciones del retorno a la normalidad. Este septiembre viene marcado por el proceso separatista de Cataluña que acapara, sin duda, la atención de todos los ciudadanos, ya que las noticias se están produciendo de forma continuada.
Este proceso secesionista nos tiene que hacer reflexionar en profundidad sobre cómo se ha llegado a este punto. Y yo me pregunto ¿hubiera sido igual si la educación en España no hubiera sido transferida a las Comunidades Autónomas? Rotundamente NO. Han transcurrido varias generaciones desde que este proceso se inició llevándose a cabo una educación diferenciada en función de cada comunidad. Y en algunas, ha generado sentimientos antiespañolistas que difícilmente serán reversibles en muchos años.
Coincidiendo con el inicio de curso los editores de libros de texto han denunciado que han llegado a elaborar hasta 25 versiones diferentes de libros para una misma asignatura y un mismo curso dependiendo de las exigencias de las comunidades autónomas. Un ejemplo más de los desequilibrios territoriales que se están generando.
La Constitución garantiza la igualdad de todos los españoles y deberá ser este punto el que deberán valorar y poner sobre la mesa los partidos políticos a la hora de reformar nuestra Carta Magna.
Sanidad y educación son pilares básicos del estado del bienestar. Pero realmente cada autonomía elige sus propios libros de texto y aplica una cartera de servicios sanitarios y sociales diferenciados en función de donde se vive y que partido gobierna. Si a esto añadimos cuestiones económicas como los impuestos de transmisiones, tramos autonómicos de IRPF o impuestos para instalar empresas…etc. Hemos convertido a España en un puzzle que forma un todo, pero donde cada pieza se diferencia de lo básico creando desigualdades entre los ciudadanos en función de donde vivan.
Estas reflexiones subyacen y son comentadas por muchas personas, analistas y partidos políticos, pero nadie hace de esto una reivindicación seria porque no se considera 'políticamente correcto'. Pero las consecuencias están ahí, las estamos viendo actualmente. Por eso se hace necesario por parte de toda la clase política reformar la Constitución con criterios unánimes, para hacer realidad la máxima de que todos los españoles seamos iguales en prestaciones, derechos y obligaciones si queremos que España siga siendo una nación unida y solidaria.
