Marisol Linares. Vicesíndica del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes Valencianas.
El caso Bárcenas sigue acaparando las principales noticias, tertulias y portadas de los medios de comunicación, pero esta semana el caso está dando un viraje peligroso para aquellos que han intentado poner en jaque a todo el Partido Popular.
La rápida respuesta de Mariano Rajoy instando a la Fiscalía y a la brigada anticorrupción a poner en marcha toda la maquinaria para que todos los hechos se investigasen, está dando frutos.
Algún medio de comunicación se lanzó a una piscina sin agua al publicar unos documentos que son fotocopias de fotocopias, sin poder aportar los originales; una irresponsabilidad y una política mediática claramente partidista que invalidan como medio de comunicación serio y creíble.
Pero lo peor de todo es el farisaísmo, la desfachatez política del PSOE y del Sr. Rubalcaba pidiendo la dimisión del Presidente Mariano Rajoy al dictado de unas publicaciones, sin confirmar de un diario de tirada nacional, eso sí a río revuelto ganancia de pescadores.
Esa es la trayectoria de una oposición que aspira a volver a gobernar en España y que los ciudadanos se están dando cuenta de cual es su juego, desde luego nada democrático, pues una vez más han alentado a la calle con unas declaraciones insultantes contra dirigentes del Partido Popular, que la democracia tiene unas reglas de juegos que todos debemos respetar si queremos seguir siendo un país democrático.
Transparencia claro que sí, pero para todos. Para el Sr. Griñán, para el Sr. Chaves, el Sr. Bono, el Sr. Rubalcaba, la Sra. Valenciano, para los diputados de Izquierda Unida y Compromís pues mucho hablar pero poco hacer, mientras que en el Partido Popular ya ha mostrado públicamente sus cuentas.
Yo me pregunto cuanto cobran los dirigentes de CCOO y UGT, ¿acaso no les interesaría saberlo a los trabajadores que defienden sus intereses?. Porque al final todos los leños que avivan el fuego son contra el Partido Popular y sus dirigentes, sin que nadie pida explicaciones o insulte, rompan cristales o se manifiesten ante otras sedes de partidos políticos o sindicatos que también tienen responsabilidades ante los ciudadanos.