Por tercer año consecutivo, las Cofradías Penitenciales de Semana Santa de Castellón comenzaron la Cuaresma en la Basílica del Lledó, con el traslado, el primer domingo de cuaresma, de la venerada imagen del Cristo de Medinaceli.
La imagen fue conducida hasta la basílica de la patrona de la ciudad desde la parroquia de la Sagrada Familia, siendo recibida en la cruz de término por el Prior Mossén Josep Miquel Francés, que como es costumbre en las peregrinaciones llevará en sus manos el relicario con las reliquias de los patronos de Castellón, -San Cristóbal y san Blas-, y del Reino de Valencia San Vicente Ferrer. La ‘Schola Jubilemus’ acogió la santa imagen con el canto de las Letanías de los Santos.
Participación de las cinco cofradías
Además de la Cofradía del Cristo de Medinaceli, participaron las cofradías de la Purísima Sangre, Paz y Caridad, Santa María Magdalena y la Venerable Orden Tercera de penitencia de San Francisco. También estuvo invitada la Real Cofradía de Nuestra Señora del Lledó, con sede canónica en la Basílica.
A la llegada de la imagen sobre las once de la mañana, dio comienzo la Misa del primer domingo de Cuaresma, cantada en gregoriano, para concluir más tarde con la presentación a la Virgen en su camarín de niños recién nacidos, familias, peregrinos, enfermos y mujeres embarazadas.