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lunes, 25 de noviembre de 2024 | Última actualización: 23:18

Mujer y política

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Diana Rubio. Politóloga experta en comunicación política, protocolo y eventos.

La relación entre la mujer y la política podemos decir que es relativamente corta. Si hablamos de liderazgo político femenino, aun lo es mas. Pero esta nueva tendencia de incluir entre los puestos  de responsabilidad política a personas de sexo femenino, que costó la vida a mas de una, como es el caso de Benhazir Butto, comienza a parecer mas una realidad que mucho ha costado conseguir y que tan necesaria era para poder hablar de igualdad de género en el terreno político. Nombres como Angela, Hillary o Michelle ya se asocian a líderes internacionales, con mayor o menor número de seguidores, han conseguido situar a la mujer en la política de manera directa, alcanzando un logro imprescindible para la nueva sociedad en la que actualmente nos movemos.

Pero en esta pirámide que podemos visualizar para hablar de la relación entre mujer y política, en su base aún encuentra un espacio en el que el género femenino no tiene un reconocimiento como debería, sobre todo dependiendo del lugar geográfico en el que se encuentre y la cultura que hayan adoptado, y no tenemos que viajar lejos para encontrar ejemplos prácticos; existen zonas rurales en España en las que conviven mujeres con responsabilidad política y vecinas que se encargan de las tareas domésticas y de crianza de hijos, tal y como manda la tradición en nuestro país.

Este asunto cobra importancia cuando los estereotipos de mujer de su casa son promovidos por una concejalía de la mujer, donde es responsable una mujer y por un partido político que apuesta por la igualdad de los andaluces, a través de un curso formativo dirigido a mujeres de la temática: “La mujer y la administración del hogar”.

 Mientras que muchos luchan por una posición de la mujer en cargos políticos que hasta no hace demasiado se había considerado tarea de hombres, un paso vital en la igualdad,  mujeres que han conseguido esa responsabilidad vuelven al pensamiento costumbrista de la mujer de su casa para sus maridos y sus hijos.

Bajo mi punto de vista, promover estos cursos para un colectivo tan castigado y privados de libertad, en los que se verse cómo llevar su casa, y conciliar la vida laboral y familiar, me parece ante todo, fuera de lugar por dos aspectos; primero, porque a dia de hoy donde se promueven valores como la educación igualitaria entre sexos desaparece al formar en estos temas sólo a la mujer, de otro,  el que un político piense  en formar en esta dirección, deja totalmente de lado valores democráticos que nuestro país predica y expone en sus normativas, donde la libertad y la igualdad brillan con luz propia.

Sabemos la importancia de la igualdad, donde la mujer tenga mismas condiciones que los hombres pero este bloque formativo nos demuestra que ese camino lleno de obstáculos para alcanzar el logro de la misma equidad para todos, queda anulada en zonas rurales donde aun se piensa en la mujer como florero.

Por tanto, el realizar cursos especializados para mujeres de como se lleva una casa, deja clara la mentalidad tradicional de aquellos políticos que los promueven, resultando acciones denigrantes para el sexo femenino a estas alturas, donde  la costumbre gana terreno a la igualdad que en otros ámbitos tanto está costando conseguir. Quiero pensar que se recapacitará sobre el impartir este tipo de formación. Solo faltaría que el curso lo impartiera un hombre.