La Diputación de Castellón tiene entre sus funciones la de colaborar con los municipios de la provincia, especialmente los de menor capacidad económica y técnica, para asegurar la prestación de los servicios básicos a los ciudadanos. Entre estos servicios destaca el de suministro de agua potable a la población, pues en estos momentos la sociedad exige una garantía de cantidad y calidad en el abastecimiento de agua.
Los municipios de la provincia de Castellón han ahorrado 9 millones de litros de agua diarios durante 2012 gracias a las labores de localización y control de fugas realizadas por la Diputación en las redes de abastecimiento y distribución de agua potable.
Esta línea de actuaciones se corresponde con la especial sensibilidad del presidente de la corporación provincial, Javier Moliner, por garantizar el abastecimiento de agua potable a todos los municipios de la provincia. Algo que también se hizo patente durante el pasado pleno del mes de marzo con la aprobación de 18.000 euros en concepto de subvención de cubas de agua a los ayuntamientos de aquéllos municipios que pudieran experimentar deficiencias hídricas.
Tal y como detalla el vicepresidente de Infraestructuras, Francisco Martínez, “tratamos de mejorar el rendimiento de las redes de distribución y contribuir a una mejor gestión de un recurso escaso como es el agua potable”.
La Diputación de Castellón ha realizado en 2012 un total de 137 inspecciones en municipios y se han encontrado 153 fugas.
Con el fin de asegurar el suministro, la Diputación de Castellón creó el servicio de localización de fugas, inspección y control de consumos de agua en los municipios de la provincia de Castellón con gestión propia del servicio de agua potable.
Este servicio está compuesto por tres personas, que se desplazan a los diferentes municipios de la provincia cuando desde los respectivos Ayuntamientos se les comunica que se han detectado escapes en las redes municipales de agua.
Al llegar a la zona donde a priori se piensa que existe una fuga, proceden a determinar con exactitud el punto de la conducción donde se localiza la misma mediante la utilización de técnicas tales como la correlación matemática o el geófono.
Una vez comprobada la existencia de la fuga y precisada su ubicación, los operarios municipales proceden al picado de la acera o calzada y a la reparación de la conducción, consiguiéndose una pronta restauración de la situación de normalidad y con ello una importante disminución en la cantidad de agua perdida.