La Unió y los viticultores de Castellón quieren dejar atrás la IGP y obtener una Denominación de Origen

Castellón Información

El objetivo fundamental para La Unió y los viticultores de la provincia de Castellón “es dejar atrás la IGP y convertir a ‘Els vins de la Terra de Castelló’ en una Denominación de Origen protegida o calificada que transmita confianza al consumidor”. Además, para conseguir esta importantísima calificación, “es imprescindible la ayuda de la Conselleria de Agricultura”. Así de claro lo ha dejado Ramón Mampel, secretario general de La Unió, en la comida de Navidad que como cada año ha organizado la organización profesional agraria con los medios de comunicación castellonenes, en la que han estado presentes también técnicos y representantes de los diferentes sectores agrarios y ganaderos de la provincia de Castellón.

Según un comunicado facilitado por La Unió, hay referencias que el cultivo de la viña en la provincia de Castellón tiene unos 2.700 años. Durante los últimos 2000 años La vid ha sido el cultivo más común y más practicado. El vino fue lo primer producto que se exporto des de Castellón: El Murviedro cultivado en el Valle del Palancia (VIVER-Sagunto) se dirigía a Roma desde el siglo I. Desde el siglo XVII el Carlon, cultivado desde San Mateo a Benicarló, conquistó Londres y Burdeos. A partir de 1850, durante 65 años, es el periodo de más producción, más actividad comercial y más rentabilidad económica del vino en la provincia de Castellón.

Con la llegada en 1904-1915 de la filoxera muchas zonas vitivinícolas de Castellón se perdieron para siempre.

Tras la helada de 1946 que afectó mayoritariamente a almendro y olivos; los agricultores de la Plana Alta y l’Alt Maestrat optaron de nuevo por la vid, pero por variedades híbridas (Edo (79%), Señorito (20%) y Cepa 21 (1%)) ya que rebrotaban fácilmente después de una helada, eran poco exigentes, inmunes a la filoxera y al mildiu y además tenían una alta producción. Los vinos que producían estas viñas eran con mucho colar y alta graduación. En 1975 los híbridos ocupaban 5.300 hectáreas (el 60% del viñedo castellonense) y eran el sustento de 4,500 familias.

La Ley del Estatuto de la viña, del vino y de los alcoholes de 1970 prohibía, debido a su toxicidad, los derivados de híbridos para uso de boca. El arranque de los híbridos en Castellón fue entre 1978 – 1988 y supuso la práctica desaparición del cultivo en la provincia durante 25 años.

En torno a 1950 surge un movimiento defensivo y de supervivencia. de los viticultores castellonenses ante las dificultades. Las Cooperativas Agrícolas crean secciones de bodega. Esto cambió el concepto de vinificación. De elaborar en su casa y vender cada uno como podía se pasó a llevar la uva a la cooperativa dejando así su casa más grande, su tiempo más libre y recibiendo mejor rentabilidad por la venta en común. Las Cooperativas vinícolas construidas con aportaciones de los socios disponían de infraestructuras modernas, con laboratorios, oficinas y técnicos para cada actividad. Las cooperativas vinícolas controlaban el 95% de la producción vinícola de Castellón.

Condiciones del territorio castellonense para la vid

Las condiciones de Castellón para el cultivo de la vid van de buenas a muy buenas. Clima mediterráneo, cálido y no muy seco, Suelos arcillosos, calizos, ferruginosos, arenosos, nunca puros y siempre con alguna mezcla para distintas variedades, Latitud de 39 a 40 grados, que es justo el centro de los 28 y 50 donde es posible la vid, Temperatura medias de 15-17 grados y Pluviometría media entre 350 a 600 mm.

La vitivinicultura en Castellón

La recuperación de la nueva vitivinicultura de Castellón empieza en torno al año 2000.

En la actualidad hay censados 130 viticultores, se cultivan más de 600 has y hay inscritas 10 bodegas elaboradoras y 3 en proceso

La producción se sitúa en torno al millón de litros de vinos blancos, rosados, tintos, espumosos, dulces y mistelas.

Todos los vinos calificados positivamente por la IGP se venden embotellados. Característica que lo diferencia del resto de las DD.OO. de la CV que comercializan la gran parte de sus vinos a granel y que lo iguala a las DOC de La Rioja, Ribera del Duero y Priorat cuya condición es que el 100% de la producción se embotelle.

La exportación, a día de hoy, aún es insignificante.

Desafíos para los vinos de Castellón:

Recuperación del consumo del vino de Castellón entre los castellonenses.

Investigación para mejorar la calidad de las uvas: tipos de poda, manejo de suelos, control del estrés hídrico, dominio de la vigorosidad de las cepas, control de plagas: viticultura de precisión etc.

Análisis de todos los factores posibles que determinen el momento óptimo de la vendimia para cada variedad con objeto de conseguir la máxima potencialidad.

Elaboración de mejores vinos: Apuesta por los vinos ecológicos, biodinámicos y naturales, si es el caso.

Revalorización del ‘terroir’ buscando una viticultura sostenible.

Recuperación de variedades tradicionales y/o adopción de variedades mejorantes, que contribuyan a la diferenciación o tipicidad de los vinos de Castellón.

Promoción de medidas que mitiguen los posibles cambios climáticos.

Rentabilización del cultivo de la vid mediante la reducción de costes.

Captación de nuevos consumidores elaborando una amplia gama de vinos que satisfagan todos los gustos.

Concienciar a los vitivinicultores de que el éxito de los vinos de Castellón depende de la unidad de acción y construir la marca “Vinos de Castellón”.

Creación de valor para los vinos castellonenses:

Dejar atrás la IGP y convertir a ‘Els vins de la Terra de Castelló’ en una Denominación de Origen protegida o calificada que transmita confianza al consumidor. Para conseguir esta importantísima calificación, es imprescindible la ayuda de la administración autonómica.

Invertir en comunicación: prensa, radio, marketing, redes sociales, internet. Hay que crear imagen para conseguir rentabilidad.

Potenciar el enoturismo y las rutas enológicas.

Crear sinergias con la asociación de sumilleres de Castellón ASUCAP.

Crear conciencia en la ciudadanía de que consumir productos de proximidad contribuye al mantenimiento de los pueblos de interior.

Crear redes de investigación sobre viticultura y enología e I+D+I con Universidades próximas, expertos y empresas.

Incrementar la internacionalización.

Crear y fomentar mecanismos para dar salida a los posibles excedentes que se generen en el futuro.

Aprovechar las oportunidades del aeropuerto, sol y playa.

Crear un relato seductor de nuestros vinos de Castellón.

Evólución de la producción y superficie ‘Vins de la Terra de Castelló’

Font: La Unió

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