Enrique Domínguez. Economista.
En estos últimos días parece que los tan denostados brotes verdes están adquiriendo carta de naturaleza, que se mantienen y aparecen otros nuevos; en fin, que no se secan.
De los últimos en aparecer han sido, por una parte, el del Banco de España que confirma que hemos salido de la recesión, que el tercer trimestre ha registrado un ligero crecimiento positivo, el 0,1%; estupendo.
Y por otra, la EPA del tercer trimestre, que ha disminuido las tasas de paro del segundo en España, del 26,26% al 25,98%, en la Comunidad Valenciana, del 29,06% al 28,29%, y en la provincia de Castellón, del 32,18% al 29,14%. El descenso ha sido mucho más elevado en Castellón, pero en términos porcentuales seguimos por encima de las otras dos áreas.
¿Significa esto, como afirmó el ministro Montoro, que estamos al final del túnel de la crisis o hay que ser más cautos como señala el conseller Moragues respecto a los brotes?
Son, sin embargo, son las grandes cifras macroeconómicas las que están yendo mejor o menos mal que doce meses antes. Y al ciudadano, sobre todo al parado, no le llega todavía esa mejoría; sigue sin encontrar empleo y continúa aumentando el número de los que ya no tienen ninguna ayuda.
Se dice que los cambios se inician en las variables macroeconómicas y que es el camino para que pasen al día a día y se plasmen en la mejora de la financiación a las empresas y a los ciudadanos, en el aumento de los contratos, en la mejora de la actividad comercial, de las ventas y del gasto.
Pero lo cierto es que solamente hay algunos aspectos positivos, pero que es imprescindible que continúen y que no se paren. Se afirma y, es cierto, que está entrando más capital extranjero, que los fondos están invirtiendo no solamente en bonos sino en capital de las empresas; pero, hay tantas gangas que es el mejor momento para comprar.
Con esto no quiero quitarle mérito al descenso de la tasa de paro, bastante más en Castellón que en la Comunidad y en España. Pero hay que ser claros. Era algo esperado a tenor de la evolución del verano en cuanto a contrataciones se refiere. Por eso mismo, también es bastante probable que la EPA del cuarto trimestre sea algo peor por el decrecimiento de las contrataciones y de la actividad turística. Habrá que ver cómo se comporta el paro en esos meses de normal menor actividad para confirmar una evolución más positiva de nuestro principal problema.
Pero hay una preocupación, desde mi punto de vista aún más relevante. Y es la siguiente: Tras casi seis años de crisis, ¿estamos poniendo las bases para que salir fortalecidos de este túnel? Me explico, ¿estamos trabajando para adecuar nuestro modelo productivo a los nuevos aires de competencia y de globalidad o seguimos manteniendo que el precio es lo básico y continuamos sin darle la importancia que tiene todo lo concerniente a la calidad, al aumento del valor, a la internacionalización, a la formación, al marketing, a la colaboración interempresarial, a la I+D+ i, a valores como el esfuerzo, la solidaridad, el trabajo bien hecho,….?
Mi temor es que estamos diciendo aquello de “virgencita que me quede como estoy”, que hemos hecho buenos propósitos de enmienda pero que la inminente llegada de la tímida y lenta recuperación nos ayuda a olvidar en el baúl de los recuerdos lo que es imprescindible para un futuro con más posibilidades.
En fin, bueno es que baje la tasa de paro pero mejor sería que trabajáramos con ahínco para salir de este túnel y no caer en uno nuevo y más peligroso.