Rafa Mezquita. Periodista y Redactor de Castellón Información.
Vivimos en Castellón, que desesperación. Durante los últimos días he estado tarareando muchas veces, algunas de ellas en la ducha, el estribillo de esta conocida canción del grupo castellonense, Tom Bombadil. Y que curiosamente, también tiene representación en el consistorio de la capital liderando a Castelló en Moviment.
Les escribo sobre estas líneas porque durante estas semanas concibo-como para no-un cierto malestar entre dos Ayuntamientos, en teoría más potentes por volumen de ciudadanos, de nuestra provincia. Sí, son el de Castellón de la Plana y el de Vila-real.
La ubicación de la posible Estación Intermodal- que no tengo muy claro yo si mis hijos la verán y aún tardarán muchos años en venir- ha desencadenado una batalla entre estas dos casas consistoriales, que al menos a mí me parece muy curiosa.
Claro está, y así yo también lo suelo promulgar, que cada uno debe defender lo suyo. Pero como no conozco y me disculparán mi incultura en este sentido, las posibles discusiones en otras administraciones de fuera de nuestras fronteras, pues me centraré en lo que veo día a día.
Dos Ayuntamientos, con los mismos partidos políticos en su Gobierno, lanzándose las garras por una misma infraestructura. Benlloch y Marco, Nomdedéu y Batalla o Ochando, e incluso las oposiciones del Partido Popular. Tengo 24 años y nunca había visto una cosa igual. Sí en la misma ciudad, claro. Pero nunca contra la localidad vecina.
Tengo también muy claro que la Estación Intermodal- repito, de ser instalada, porque las cosas en este país van bastante lentitas- es una construcción importante. Castellón defiende que posee un gran puerto para recibir a los barcos. Buen argumento, sin duda. Vila-real por su parte defiende que se sitúa en una mejor situación estratégica, más cerca del triángulo de la cerámica, y que se encuentra entre los dos Puertos, el de Castellón y el de Valencia. La capital dice que Vila-real ya tiene suficiente con un equipo en Primera División de fútbol. Y Vila-real atiza a Castellón porque la situación de su puerto esta hecha para recibir importaciones, y no para enviar exportaciones.
Todos ellos argumentos de peso, en un frente a frente que continuará una buena temporada. Posiblemente hasta que el Ministerio de Fomento decida donde va a cimentarse esta estación ferroviaria de mercancías. O tal vez hasta que la Consellera Salvador siente a todos los interesados en la misma mesa para decirse las cosas a la cara. No queremos que sea una pelea de boxeo, pero este tema a los periodistas, la verdad es que nos da mucho juego.
Pero como soy ciudadano de esta provincia, vuelvo a repetir que como estas disputas continúen mucho tiempo: ¡Vivimos en Castellón, que desesperación!