José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
La noticia no por esperada deja de ser contundente: el Gobierno ha rechazado la solicitud de indulto de Carlos Fabra, además de otras dos mil. Ingresará en prisión antes o después, como José María del Pino.
Isabel Pantoja ingresó ayer por la mañana en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaira en Sevilla.
A Jaume Matas se le anula el tercer grado penitenciario que conlleva acudir a la cárcel solo a dormir.
Josep Luis Núñez de más de 80 años y su hijo ingresan en prisión por el caso de Hacienda de Barcelona de hace más de veinte años.
Podría seguir así relatando de Cháves, Griñán, todos los implicados en los ERE, al poco simpático Bárcenas, a Iñaki Urdangarín, sin olvidarnos por supuesto del clan Pujol, los Correa y desgraciadamente de un largo etcétera, acabando el lector de este artículo deprimido y con unas ganas terribles de defenestrar todo aquello que hoy conforma el ‘establishment’.
Quiero creer que la lectura inteligente de todo lo que está ocurriendo es que este sistema funciona, que lo hace en ocasiones como la actual presionado por el Pueblo, al que se debe, cumpliendo las normas que nos hemos marcado para la convivencia y en donde hasta Íñigo Errejón, una de las caras visibles de Podemos, partido "escoba", tiene que justificar un ingreso público incompatible a todas luces con su actividad política.
Los jueces, de un modo lento, lentísimo actúan; en ocasiones con criterios dispares que nos desconciertan, pero actúan. Mal que les pese a quienes dicen y pregonan que nuestra Constitución debe ser modificada ya, ha funcionado adecuadamente ante intentos de desmembrar la actual configuración territorial de España.
Los gobernantes no se atreven en modo alguno a favorecer, aunque en su fuero interno quisieran, a ex compañeros de fatigas y de años de trabajo, pues no serían perdonados. Defienden a capa y espada un estado autonómico en el que hay más transferencia de competencias a las autonomías que en Alemania y eso, por cierto, ha sido fuente de corrupción incuestionable.
Los políticos tienen que sonrojarse por gastar dinero en viajes que no son propios de su tarea; lo han hecho todos, sin importar colores, signos o edades.
Los más inteligentes en marketing cambian rápidamente a sus dirigentes, para estar en onda con lo que hoy se lleva, ejemplos nos sobran. Susana Diaz, Pedro Sánchez, y ahora se va Cayo Lara porque su semblante amenazador, siempre de mal humos y a veces malcarado no está de moda, no tiene tirón; la imagen buena la da Alberto Garzón.
Los que gobiernan que no pueden cambiar algunas caras muy vistas ya, rebuscan entre sus filas y sacan a la palestra a Borja Semper, presidente en Guipúzcoa del PP
Son malos tiempos para conseguir favores, nadie quiere estar en el candelero y ser desollado por políticos y periodistas que más que transmisores de opinión parecen asalariados de los partidos
Mantengamos la serenidad y estemos atentos a los acontecimientos, pues los próximos meses van a ser apasionantes.
