Jorge Fuentes. Embajador de España.
Caigo en la cuenta de que la profesión diplomática nos ha forzado – a mi familia y a mi – a vivir a lo largo de los años, en doce países distintos, a montar doce casas distintas (ya saben, colocar cortinas, cuadros, libros; escolarizar a los hijos etc). Nos ha empujado a intentar integrarnos en doce culturas diferentes. Una de las primeras conclusiones que alcanzo después de ese continuado periplo es que, de veras, cada país “is different” y ello como resultado de su Historia, su cultura, sus costumbres, su folklore, incluso su Geografía. De ahí que el dicho “Spain is different” hubiera podido acuñarse de America, de Alemania, de Francia o de Bulgaria.
Pero lo cierto es que la frase se inventó para España. ¿De veras España es diferente?. Si así fuera, ¿por qué es diferente?, ¿qué hizo que en un momento dado muchos millones de personas del mundo entero alcanzaran un consenso sobre que, de todos los países que habían visitado, España era el que merecía singularizarse como realmente distinto, único, inigualable para bien y para mal?.
No va a ser tarea fácil responder a esas preguntas. Me propongo hacerlo en las próximas semanas y las respuestas no serán siempre positivas ni halagadoras. Pero ahora se acerca la Navidad, ustedes estarán preparando ya sus turrones, sus árboles y sobre todo, sus belenes (¡no olviden el buey y el burro, que el Papa no los ha prohibido!) y yo no quiero aguarles las Fiestas haciendo críticas de nuestro querido país. Lo dejaré para la próxima semana en que ya casi estaremos en el año 2013, que debe ser un buen año en que empiece la recuperación.
Ahora solo les diré de corazón que vivimos en un magnífico país, que es diferente porque los Pirineos nos separaban un poco de Europa aunque el Mediterráneo nos acercara a todas las costas de nuestro mar. Que es distinto porque el estrecho de Gibraltar nos acercaba mucho al Norte de África cuya cultura nos marcó durante 700 años. Que somos únicos porque Cristianos, judíos y moros dejamos, juntos, una impronta cultural, étnica y sociológica difícilmente repetible.
España es uno de los cuatro países más visitados del mundo. Yo diría que es el segundo ex equo con Francia ya que los otros dos – Estados Unidos y China – por su gran extensión y población, no deben entrar en el concurso. Somos, con Italia, el país del mundo con más Monumentos Patrimonio de la Humanidad reconocidos por la UNESCO.
Somos un país con un clima templado, con un folklore diverso reflejado a través de manifestaciones festivas sin fin y poseemos una gastronomía tan variada como lo demuestra la comparación entre la paella, el gazpacho y la fabada.
Aunque últimamente las estadísticas de la ONU no suelen incluir nuestras capitales entre las mejores del mundo a favor de Viena, Zurich, Munich etc ( entre nosotros, los autores de esas encuestas deben ser los mismos que han inventado las diabólicas primas de riesgo), lo cierto es que muchos extranjeros vienen a residir a España buscando disfrutar de todas las ventajas que acabo de enumerar y que se resumen en una realidad arrolladora: las españolas y los españoles somos los más longevos del mundo, solo un poco por detrás de los japoneses.
Quiero hoy acabar aquí deseándoles Feliz Navidad, próspero Año Nuevo y que viviendo muchos años más, consigamos batir el record japonés.