Antonia García Valls. Portavoz del PSPV en el Ayuntamiento de la Vall d'Uixó.
Hay que tener mucha cara para salir después del Consejo de Ministros (del PP), a denunciar, con datos absolutamente falsos, que hay muchos parados, cobrando fraudulentamente las prestaciones por desempleo.
Parece mentira, que la Vicepresidenta, tan lista ella, pueda haber cometido el error de pensar que los parados “ponen la mano en la caja” o “reciben sobres” con dinero. Parece mentira que no sepa que quien aprueba las prestaciones es la administración. No puedo creer que no lo sepa, tan lista ella; porque podríamos pensar que, premeditadamente ha querido acusar sin ningún tipo de fundamento ni prueba.
La prueba ha salido la misma tarde del viernes. Los datos eran falsos. Por tanto, una vez más han querido que las víctimas de su nefasta gestión aparezcan como los verdugos.
Y es que ya no saben lo que hacer para esconder sus propias vergüenzas. Cada día datos nuevos que no hacen más que corroborar las corruptelas internas y externas que “presuntamente” campaban a sus anchas en el PP.
Si hemos tenido un verano “calentito” con tanto sobre, con tanto nombre, con tanta evidencia sobre lo sucedido. El otoño sigue siendo calurosos, quizás premonitorio de unos meses también “calentitos”, aunque nos refiramos a la temperatura política. De todos modos, dejaremos que la justicia haga su trabajo...
Si la Vicepresidenta alza el grito al cielo por el “fraude” de los desempleados, no sé qué le parecerá lo que ha salido en prensa esta misma semana. Resulta que la Agencia tributaria (no lo dice el PSOE) dice que el PP valenciano pagaba actos electorales a través de Orange Market (la del “amiguito del alma”), con dinero negro. Con más de tres millones de euros no declarados. Utilizando facturas falsas por servicios no prestados. Vuelve a aparecer la sombra alargada de Gurtel.
Algo que podíamos intuir, porque todo era muy raro. Campañas electorales por todo lo alto. Siempre tuve la sensación de que la competición electoral no era igual para todos. Siempre tuve la sensación de que nosotros éramos “una empresa familiar” compitiendo con una “multinacional”. Un PP, incluso a nivel local, que tenía de todo: regalos, convites, mítines en directo, folletos impresionantes….
Ahora podemos entender lo que “intuíamos”. Y así han actuado en todos los sitios. Engañando, incluso al Síndic de Greuges, institución estatutaria valenciana. Vaya, esos que defienden las señas identitarias en los plenos, se dedican incluso a “presuntamente” vulnerar el propio Estatut, defraudando la competencia de un órgano propio valenciano.
Ya resulta insoportable para nuestra Comunitat estos gobernantes que tenemos, que nos han engañado hasta el infinito y que desde la indecencia política han acabado con nuestras expectativas.
Hace falta un cambio, un cambio radical en la política valenciana. Desde la responsabilidad, la honestidad, la vocación de servicio público y sobre todo desde una acción política decente y democrática.