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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 20:22

Redéu fiambrera!

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Guillermo Miró. Ingeniero Industrial.

Hola a todos. Por el horario del centro donde trabajo, normalmente prefiero comer en la Universidad, lo que no me impide disfrutar de deliciosas viandas cocinadas en casa mediante el genial invento de la fiambrera, mundialmente conocido también como ‘Tupperware’, una de las marcas que los comercializa. Aunque en verano una ensalada bien fresquita siempre apetece, estas semanas es primordial calentar la comida para combatir el frío. Así, navegando por la red encontré un montón de información sobre el mito del tupper y el microondas, que asocia estas prácticas con diversas enfermedades como el cáncer. Este mito dice que “no debemos calentar nuestra comida en el microondas usando envases de plástico, sobre todo con comidas que contengan grasa. La combinación de grasa, calor y plástico provoca que se liberen las dioxinas, peligrosos compuestos cancerígenos y altamente tóxicos, que se adsorban a los alimentos e ingresen en el organismo.”

Aunque no es más que un mito, sí que es cierto que el tipo de envase que elijamos tendrá su influencia en la seguridad de los alimentos y en las potenciales infecciones alimentarias. El más recomendable, aunque sea el menos indicado por su peso y fragilidad, es el uso del vidrio con tapas plásticas porque en teoría estaremos evitando la migración de partículas plásticas y toxinas a los alimentos.

Sin embargo, hay muchas razones por la que no podemos elegir más que un envase de plástico. Si finalmente se usan recipientes plásticos, es necesario comprobar que sean aptos para uso alimentario, identificándose claramente con el símbolo de una copa y un tenedor, entre otros.

Los materiales aptos para entrar en contacto con alimentos han sido supervisados por las autoridades sanitarias y certifican que los materiales destinados a entrar en contacto con los alimentos, en las condiciones normales o previsibles de empleo, no deben ceder sus componentes al alimento en cantidades que puedan representar un peligro para la salud humana, provocar una modificación inaceptable de los alimentos, ni provocar una modificación de las características organolépticas. Sin embargo, el microondas no se incluye en “condiciones normales o previsibles de empleo”, ya que aparte de que pueden derretirse o fundirse, podrían ceder compuestos a los alimentos en cantidades potencialmente perjudiciales para la salud. En este caso, es el fabricante el que recomienda su uso, bien con palabras o con símbolos.

Aunque el mito de las dioxinas se ha demostrado que no es cierto, sí que es muy importante la correcta elección del método de transporte de nuestro alimento, para poder comer más tranquilamente. Como siempre, los comentarios están abiertos a comentarios y sugerencias. Hasta la semana que viene.