Jorge Fuentes. Embajador de España.
En Noviembre de 2012, con el beneplácito de los Presidentes de la Generalidad Valenciana y de la Diputación de Castellón así como del Alcalde de nuestra ciudad, nació el diario ‘castellóninformacion.com’. También yo incluí mi saludo en aquel primer ejemplar recordando que a lo largo de mi vida había tenido el gozo de ver nacer muchas publicaciones en muchas partes del mundo y la tristeza de ver desaparecer algunas de ellas. Sigo deseando larga vida a esta interesante publicación que animada por un activo grupo de periodistas bajo la batuta de Ximo Tirado recoge cada jornada los sucesos de nuestra provincia, nuestra comunidad, nuestro país y nuestro mundo.
Si no me fallan los cálculos esta es mi columna número cien lo que puede ponerles sobre la pista de que a pesar de mis viajes y alguna que otra obligación, he fallado pocas veces a mi cita semanal con ustedes. Cada sábado procuraba hablarles tanto de temas internacionales –desde China a Estados Unidos pasando por Europa y el mundo árabe-, nacionales –la abdicación, la proclamación, la ruptura del bipartidismo, el fin de un ciclo- pasando por temas culturales, religiosos y sociales.
Todo ello se movía dentro del dubitativo gobierno del PP y de la crisis mundial. En conjunto este bienio podría venir englobado bajo el título genérico de Un nuevo ciclo. Un tiempo considerablemente precario e inseguro en que tras el fin de la Guerra Fría el mundo se mueve entre unos EE.UU. menos decididos que nunca a ostentar la gendarmería mundial, una Rusia que quiere recuperar su protagonismo internacional, una China que se eleva a la categoría de gran potencia, una Unión Europea indecisa y un mundo árabe que busca inútilmente su democratización, todo ello bajo la égida de un mundo líquido, con valores mutantes que ha perdido su norte moral, cuya juventud no encuentra el puesto que se le prometió en la sociedad.
Dentro de ese escenario mundial, España intenta salir a flote corrigiendo las fragilidades legadas por los anteriores gobiernos incapaces de reordenar una estructura económica endeble, que dejaba sistemáticamente en la cuneta a un altísimo porcentaje de nuestra mano de obra. Incapaz también de evitar el centrifuguismo territorial con el penoso capítulo de la reciente e ilegal consulta catalana. Todo ese triste panorama estalló en nuestras caras aderezado con el penoso espectáculo de la corrupción política y la fragilidad judicial.
El bienio se cierra provisionalmente con el inevitable nacimiento de nuevas formaciones políticas en muchos países europeos que ya sea desde la derecha –el Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia o el Independentismo antieuropeo de Nigel Farage en el Reino Unido- o desde la izquierda –el partido radical Syriza en Grecia o Podemos en España- pueden cambiar el panorama político de nuestro entorno.
La historia no acaba aquí, ni mucho menos. 2015 será un año decisivo y los siguientes también. Estemos atentos a lo que ocurre. Y hagamos balance en la columna número 200.