José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Enlazando con el fin del anterior artículo ‘Los lunes al sol’, además del título de una película, es la situación en la que a los usuarios discapacitados y ante la falta de recursos, poco más que asearlos y darles de comer se le va a poder hacer, sin los servicios de mantenimiento físico , desarrollo de sus capacidades y aptitudes cognitivas, relación con su entorno social que le otorgan una calidad de vida acorde con la dignidad de un ser humano; en pocas palabras se les atiende en lo muy básico y ya está, el resto del tiempo... ‘al sol’.
Dos asuntos de notable importancia están ocurriendo en esta situación que está alterando la habitual actividad de estos centros. Por una parte, el que se ha producido una rebaja de más de un 20% en las asignaciones a los usuarios, en los que los principales gastos son los de personal que, por otra parte, llevan más de cinco años con el convenio congelado, es decir con una disminución real de salario.
Por otra el que la Conselleria de Bienestar Social ha rebajado los importes a los prestadores de servicios, sin que a fecha de hoy se les indique en qué partidas lo ha hecho, lo que resulta sorprendente ya que me pregunto: ¿En qué se han basado para reducir la asignación si aún no han sabido/podido establecer el coste de la plaza pública, es decir cuánto cuesta una plaza de residencia, centro de día, centro ocupacional, etc. bien se preste por la administración o de manera privada?
Miren ustedes si están yendo aprisa, que la Administración Estatal aún no ha publicado el Real Decreto sobre el asunto, que las cantidades que les están pidiendo no son en función de la pensión no contributiva que suelen recibir, sino por la totalidad de sus ingresos, despropósito sin medida ya que los ahorros de muchas familias, conseguidos con mucho esfuerzo y de muchas privaciones son para que el ‘chico’ pueda tener un pequeñísimo patrimonio cuando los padres ya no estén, pueda ser atendido como es debido, pues ahora es penalizado por políticos y técnicos que se enteran muy poco por no decir nada.
Hay demasiados casos en los que con el disponible que les queda al mes (en torno a cien euros) no van a poder cambiarse las gafas o ir al dentista, por no hablar ya de poder comprar un calzado ortopédico, o ropa; de pena, de verdadera pena.
Todo ello sin nombrar que ese precio público de una plaza debería estar cuantificado hace meses Tan difícil es llevar a cabo los procesos con prudencia y criterio, evitando el alarmismo de familias ya de por si marcadas desde hace años por una realidad dura?
Estoy decepcionado, lo reconozco, porque esta es una de las bases de un estado democrático y solidario; que sí, que son pocos y cuestan mucho, que votos la mayoría de ellos van a dar pocos, muchos menos que los participantes en el evento de Nochebuena en Marina D´Or y no es que me parezca mal, pero no puede resultar excluyente.
Decía una trabajadora social que estamos volviendo a la situación de hace más de treinta años cuando comenzó a ejercer: poco dinero de la administración, pocos servicios y muchas actividades para recaudar fondos en actos benéficos.
¿Hemos de volver a eso? ¡Perfecto! Que nos lo digan, y que al menos promulguen una ley del Mecenazgo que socialmente tenga calado.