Marisol Linares. Vicesíndica del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes Valencianas.
El pasado 12 de octubre, día que históricamente se ha conocido como Día de la Hispanidad, tuvo este año un protagonismo inusual por diversas circunstancias, algunas de ellas muy significativas.
Por primera vez presidió el desfile de las Fuerzas Armadas el Príncipe Felipe, por la convalecencia del Rey, esto supuso un cambio en el protocolo e imagen a la que estamos acostumbrados los españoles, de ver a los Reyes presidiendo un día tan importante para las Fuerzas Armadas y la unidad de España.
La monarquía ha sido y es una institución muy valorada por la mayoría de los españoles, pese a los partidos de izquierda que tratan de abrir el debate en la sociedad española sobre monarquía y república. Estos partidos olvidan el gran papel que ha hecho el Rey Juan Carlos en la transición y en la modernización y consolidación de nuestra democracia.
Pesa más en la balanza los aciertos e la monarquía que los errores que de forma tangencial y por problemas personales de un miembro de la familia real está siendo utilizado por partidos de izquierda cuya ideología será siempre republicana.
La monarquía es una buena fórmula para aglutinar a todos los españoles y más de treinta años han sido suficientes para acreditarlos.
Ya en otro orden de cosas fue el día de la libertad para miles de personas que viven en Cataluña.
El miedo ante las presiones de los independentistas se dejaron atrás y fueron muchas las personas cansadas ya de que su voz no se escuche, los que salieron a gritos: somos españoles y catalanes. Un corazón con las dos banderas ha sido el símbolo de de las personas que quisieron expresa que ellos existen y que no quieren una Cataluña fuera de España.
Una vez más el partido socialista se desmarcó de este acto, dejando entrever una indefinición de cual es su posicionamiento con respecto a la unidad de España. Esa es la oposición que tenemos en España y en la Comunitat.