Javier Más Torrecillas. Doctor y profesor de Historia Contemporánea de Universidad.
No es la corrupción política. Ójala sólo fuera eso. Pero no, no es la corrupción política nuestro problema. Es una decadencia global.
Da igual hablar de Bárcenas, de Pujoles, de Griñán o de quien sea. No es un problema puntual con una solución puntual. Es un problema estructural, de ciclo. Nadie ha salido aún para decir que estamos viviendo uno de los famosos ciclos Kondratiev (quizás sea que pocos lo conocen, porque es más importante el bajito de Mesi que un intelectual). Bueno, no importa. El tema es que la situación que vivimos tiene principio y tiene fin. Como cualquier cambio estructural, de ciclo, la recomposición del sistema no durará menos de veinte años. Si llevamos seis, … calculen Ustedes.
Pero tampoco eso es lo que importa ahora. Lo que debemos analizar es hacia dónde vamos si queremos sobrevivir mejor a esta larga crisis. La Cultura. Es mi propuesta, como viene siendo habitual y ya conocen Ustedes. Cultura, Cultura y Cultura. En el sentido más amplio y genérico. Nuestros hijos no aprenden porque no existe interés por la Cultura, por el Conocimiento, en su sentido estricto. Hoy día, la Cultura es un medio para obtener otra cosa, no es un fin en sí mismo. Nuestros hijos estudian porque eso les permite, en teoría (casi una quimera), acceder a un mejor puesto de trabajo y, en consecuencia, a una mejor vida. Al final, lo material es lo trascendente. Y ahí está el error. Debemos buscar el Conocimiento como un fin en si mismo. La Cultura como deleite de los sentidos, pero también como fuente de aprendizaje, de enriquecimiento, de valores. Qué valores transmite una muy ‘progreta’ y transgresora obra teatral que humilla la figura religiosa aplastantemente mayoritaria en Occidente?. Pues nada, no aporta nada. Bueno sí, se transmite que todo vale con tal de buscar la fama, que todo vale por encima de los valores, de la educación, del respeto, de la libertad individual, de la democracia. Sí, por encima de todo eso. Porque no se engañen, cuando los mequetrefes que nos intentan decir lo que está bien o lo que está mal a través de sus opiniones y supuestas expresiones artísticas hacen no es, ni más ni menos, que expresar sus ideas totalitarias. (Y sí, el comunismo es la expresión más radical y atroz de ese totalitarismo, por si alguno de ellos se escuda en ello.)
Volvamos a la cultura creadora, intelectual, de valores, que traslada contenido a la sociedad. Una cultura al servicio de la sociedad, no al servicio de egos individuales. Ese es el camino. Cuando Ustedes detecten que ese tipo de cultura vuelve a imperar, no lo duden, estaremos saliendo de la Crisis.