Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
En el muy interesante y esclarecedor trabajo elaborado por Ángel de la Fuente, investigador del CSIC, y uno de los mayores expertos del país en cuentas regionales, se puede volver a leer que la Comunidad Valenciana es la comunidad autónoma con peor financiación de toda España.
Así, en dicho estudio, y en términos de financiación efectiva por habitante ajustada a la luz de competencias homogéneas (es decir, con los mismos servicios públicos), la Comunidad Valenciana se sitúa a la cola de toda España, con una financiación per cápita de apenas 2.030 euros. Los penúltimos serían los murcianos, con 2.079 euros, y después irían Canarias y Andalucía. Por el contrario, Cataluña y Madrid, que tanto se quejan, estarían en 2.187 euros y 2.201 euros per cápita respectivamente. Las autonomías con mejor financiación serían Cantabria y La Rioja, con más de 2.600 euros por habitante. Y la media se situaría, en términos ajustados, recordemos, por competencias homogéneas, en 2.319 euros per cápita.
Es decir, y por decirlo una vez más; dado que en la Comunidad Valenciana somos cinco millones de habitantes, para tener una financiación similar a la media, para tener una financiación justa se deberían disponer de mil quinientos millones de euros más al año.
Por otra parte, el famoso comité de expertos ha fijado en 1.000 millones de euros el déficit anual de financiación de la Comunidad Valenciana. Y se ha situado en unos 13.500 millones de euros la deuda histórica que padece nuestra autonomía.
En cualquier caso lo que está claro es que se ha vuelto a demostrar, y es la enésima vez, la brutal infrafinanciación que padece la Comunidad Valenciana, una infrafinanciación que compromete nuestro futuro y nuestros servicios básicos. Y ante esta realidad ya no caben golpes efectistas en el pecho, ni los típicos brindis al sol a los que tan aficionado es el PP, ni quejas ante la galería acompañadas de sumisión ante el Gobierno Central. Lo único que cabe es la unión de todos, y la solución urgente.
Una solución que pasa, le pese a quién le pese, por eliminar esa reminiscencia carlista del concierto económico del País Vasco y de Navarra, y por articular que en toda España debe haber una cartera de servicios básicos que cuente con la misma financiación. Porque no se trata de ser más que nadie; se trata de no ser menos que nadie y que la igualdad sea real. En eso deberían estar nuestros representantes. Y la sociedad civil, que es muy distinta a la sociedad partidista y partidaria, debería colocarse al frente.