Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
Hace unos días circulaba por la Red una información que, en tono burlón y despectivo, recordaba que Froilán, el nieto del Rey, iba a repetir otra vez 2º de la ESO e iba a pasar parte de un grupo de diversificación. La noticia, que había tenido su origen en una web de derecha extrema, presentaba el paso de Froilán a diversificación como una vergüenza. Pues bien, nada más falso. No hay ninguna vergüenza, ningún deshonor en repetir un año o en cursar programas de diversificación curricular ( PDCs) o los llamados PQPIs.
La inmensa mayoría de los chavales y chavalas que cursan estos programas son estupendos, logran el título y siguen estudios posteriores. Y muchos de ellos son y serán unos magníficos profesionales. Así pues, no pasa nada. Son chicos y chicas que, en un momento dado, han presentado problemas de aprendizaje y a los que el sistema educativo español ha respondido con unos programas específicos que tienen el objetivo de no se queden atrás.
En definitiva, no hay ninguna vergüenza, ningún deshonor en repetir un curso, en seguir un PDC o un PQPI. Lo que sí que es una vergüenza, lo que sí que es una deshonra es pretender un sistema educativo que eche por tierra la igualdad de oportunidades y que no ofrezca ningún tipo de ayuda a los alumnos y alumnas con dificultades. Y eso es lo que pretende el PP y el señor Wert con su LOMCE y con su política diaria. Respecto a la LOMCE, ya está prácticamente todo dicho, aunque tal vez haya que insistir en que también dificultará hasta extremos imposibles la obtención del título de graduado en ESO para los alumnos del PDC o PQPI, con lo que en la praxis acabará con lo que son hoy en día.
Respecto a la práctica diaria del señor Wert, simplemente nos tenemos que fijar, además de en el aumento brutal de ratios, en su política de recorte de becas, y en su ataque diario a todo lo que supone igualdad de oportunidades. Claro que en el ámbito autonómico, la señora Català no se queda atrás, y en lo que a ella respecta, sigue y amplifica la misma línea. Así, la ridícula política de fuego fatuo del trilingüismo o ahora las tablets, no puede ocultar que recorta también becas, que recorta el transporte escolar o las ayudas al comedor, y que no ha hecho nada por paliar las medidas del señor Wert. En definitiva, rancio clasismo frente a igualdad de oportunidades. En ello están Català y Wert. Tanto monta, monta tanto.
