Miguel Barrachina. Economista y vicepresidente del área económica de la Diputación de Castellón.
Esta semana hemos conocido datos, nacionales y provinciales, que muestran parte del cambio económico operado y nos permiten vaticinar un futuro mejor.
La deuda pública nacional alcanza record histórico como consecuencia del exceso de gasto público, este dato desmiente la manida afirmación de que los recortes nos asfixian. Es justo al revés, lo asfixiante es una elevada deuda que nos obliga a trabajar para pagar intereses cuando lo inteligente es tener unas cuentas equilibradas.
El sacrificio hecho por los ciudadanos es grande, el agujero socialista de 2011, que multiplicó por cinco al griego, se ha reducido ostensiblemente, pero sigue por encima de los 60.000 millones año, y eso confirma que la austeridad no es una alternativa sino una necesidad.
Junto a la sombra de la deuda, tenemos la luz de que hoy nuestros intereses son un tercio que hace año y medio, y la famosa prima de riesgo está hoy en mínimos.
La distancia entre los 638 puntos básicos de hace año y medio y los 190 actuales, es la que hay entre un país inviable y otro solvente, como ya es el nuestro.
Junto a la prima, los datos de exportaciones, productividad, creación de empresas y otros, han hecho revisar a los analistas sus previsiones al alza para anunciar que este año se crearán docenas de miles de empleos y el próximo centenares de miles.
Si en el conjunto nacional estamos en la mitad del camino, aquí hemos avanzado más rápidamente y la Diputación acaba de presentar la liquidación del presupuesto de 2013. Seguimos mejorando en solvencia económica y se traducirá en mayores inversiones, ya que nuestro objetivo no es atesorar sino invertir, y lo hemos demostrado aumentando en un 61% la capacidad inversora de la Diputación en tan solo dos años.
Estos datos reflejan un superávit de más de 16 millones y los fondos líquidos, es decir, el dinero en la caja, asciende a 33 millones. Además hemos conseguido ejecutar la cifra récord del 93% del presupuesto de nuestros gastos previstos.
Todas las inversiones van financiarse sin pedir ni un solo préstamo, reduciendo los gastos financieros en un 53% en dos años y nuestro endeudamiento a finales de 2014 se reducirá un 40 % desde el comienzo de la legislatura.
A estos indicadores positivos, que demuestran el criterio de gestión que estamos siguiendo en la Diputación, hay que sumar el pago en 19 días a todos nuestros proveedores, cuando la media nacional es de 129.
No hay nada que celebrar, queda mucho por hacer, pero el camino recorrido por los españoles en dos años es más que meritorio. Estamos en la buena dirección.
