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domingo, 16 de febrero de 2025 | Última actualización: 13:49

Chacón, billete de ida sin vuelta

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Pascual Montoliu. Ha sigut capellà, professor d'antropologia i teologia, i tècnic comercial.

Siempre se ha dicho que el poder corrompe. Más allá  de su uso como mecanismo de medro económico y de latrocinio, la naturaleza del poder es en si misma corruptora, pues busca ante todo perpetuarse sin reparar en medios ni en socavar convicciones, siempre sujetas a las veleidades del momento. Para justificar sus vaivenes ideológicos se recurre al sepelio de las ideologías y se invoca al pragmatismo. Esta semana hemos asistido a uno de tales episodios. Carmen Chacón, pretendiente a la silla del PSOE y de un futurible gobierno, se desmarca de sus colegas del PSC sin aliarse con sus socios del PSOE, de quienes aspira a ser capitoste general. Para no votar favorable al derecho a decidir de Cataluña se ampara en que no puede participar en un programa en el que nunca ha creído. Lo de nunca es una broma. Se olvida la buena señora de en qué gobiernos fue varias veces ministra, aplaudiendo entonces toda la deriva secesionista que llevaba Zapatero en su paquete del Estatut, del que se jactó varias veces por haber participado personalmente en su redacción.

La Carme que decidió un día apellidarse Rubianes, en apoyo al bufón que tuvo la hazaña de llamar puta a España, ahora pretende ser Carmen de España, condición sine qua non para descabalgar a Rubalcaba, pero que entonces sus cualidades escénicas le exigían ser la Carmeta catalana, con el fin de captar al vuelo los votos catalanistas más o menos escorados a la izquierda.

Ha dicho Pere Navarro, refiriéndose a cuestiones más inmediatas, que mal acaba lo que mal empieza. La frase parece referida a Carme Chacón y a todo el proceso secesionista que puso en marcha Zapatero. Todo empezó en el famoso Pacto del Tinell. Aquel día el PSOE empezó a cavar su propia fosa al unir su suerte al independentismo  olvidando la obviedad del internacionalismo consustancial al ideario socialista. A este callejón sin salida y aparente final de trayecto se halla quien hasta hace poco era la estrella de los socialistas catalanes. ¿O pensaban ellos que la independencia de Cataluña era una utopía indefinidamente aplazable?

Tal como han reaccionado los del PSC todo indica que la cosa va en serio. Y en ello están, en el reparto del botín para el día después. Ante un futuro Estado catalán no se arriesgan a no estar presentes como socialistas. Sería excesivo dejar en exclusiva el poder en manos del nacionalismo; vamos, la antesala del totalitarismo. Por ello no tienen empacho en desgajarse del PSOE, que ya no tendría cabida en el nuevo Estado. Así se entiende la pirueta de Chacón que huye despavorida a Sants con el fin de no perder el AVE que le lleve a Madrid, mira por dónde la capital de la puta España. Qué cosas.