Dos partidos jugados, cinco goles encajados. Así es imposible sacar adelante los compromisos ligueros. Cuando llegó el nuevo técnico Ramón Moya lo que había cuidado es la labor defensiva del equipo albinegro. Pero algo está fallando últimamente y toca cortar por lo sano. Dos goles ante el Acero y tres en Alzira. El equipo intentará poner orden defensivo de cara al partido del domingo contra La Nucía en el estadio Castalia, a partir de las 12.00 horas.
Uno de los puntos fuertes de los equipos de Ramón Moya siempre fueron su solidez defensiva, y cuando cogió equipo en apuros, aún más. Desde su llegada al Castellón la escuadra de la capital de la Plana si que dio muestras de mejor empaque atrás, de más orden. Pero fue ganar dos partidos consecutivos y venirse a bajo el invento. Fue ganar en el campo del Ribarroja y más de uno pensaba que lo que quedaba se iba a ganar sin bajar del coche. Craso error.
El Acero le dio un toque de atención a un Castellón descastado y sin faltas de recursos, ni antes de recibir el primer mazado, ni con el mazado dado y después del segundo mazazo. Y el pasado fin de semana en el campo del Alzira más de lo mismos. Craso error del técnico y los futbolistas al escudarse en la presunta penosa actuación arbitral. El Castellón de la segunda parte fue un juguete roto, nada parecido al equipo combativo que esta temporada ha perdido muchos encuentros, pero ha caído con las botas puestas y la cabeza alta.
Rigurosa fuer la expulsión de Guille Vázquez, como riguroso fue el penelti que significó el 0-1 y de esa decisión arbitral nadie ha chistado. El Castellón perdió por muchos factores en el Lluis Suñer Picó, y por el árbitro estaría entre las últimas razones.
Por eso hay que preocuparse más de los males propios porque la temporada está más de avanzada y después de utilizar a 37 jugadores y tres entrenadores igual lo que no funciona es este proyecto. Así es que como buenamente se pueda, con la afición y los jugadores tirando del carro, se tiene que intentar reconducir la situación y salir de abajo.
Y para salir de abajo hay que sumar, unas veces de tres en tres y cuando no se pueda de uno en uno. El domingo a las 12.00 horas está prohibido fallar. Toca ganar a La Nucía por encima de todo. Y a partir de mañana el técnico Ramón Moya preparará dicho encuentro con cuatro sesiones de trabajo en el estadio Castalia. Igual la del jueves sea a puerta cerrada. Cabe recordar que las dos anteriores sesiones a puerta cerrada, el equipo acabó perdiendo. Primero ante el Acero (0-2) y el pasado fin de semana en Alzira (3-1).
Para el domingo será baja Guille Vázquez por sanción, por lo que Postin y Marc Trilles se postulan como la pareja de centrales. Eso y alguna que otra modificación más que igual introduce el técnico, dado que en Alzira la mitad de las cosas fueron un desastre.