Casimiro López. Obispo de Segorbe-Castellón.
Después de la pausa del verano, os saludo a todos en el Señor. Poco a poco se va poniendo en marcha un nuevo curso. También en nuestra Iglesia diocesana, en nuestras comunidades parroquiales y religiosas, movimientos, asociaciones y grupos nos disponemos a comenzar un nuevo curso pastoral al servicio de la misión evangelizadora que Jesús nos ha confiado. Esta misión es la que nos identifica como cristianos, como parroquias y comunidades cristianas, como Iglesia. Jesús nos sigue diciendo hoy: “Id y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado” (Mt 28,19-20).
Este mandato del Señor de hacer cristianos, discípulos misioneros del Señor, es tremendamente actual y muy urgente en nuestra Iglesia diocesana. El gran reto de nuestra Iglesia diocesana es hoy, como en los primeros tiempos, llevar a las personas y bautizados al encuentro o al reencuentro transformador y salvador con Cristo; un encuentro, que haga verdaderos cristianos. Con otras palabras: nuestro gran reto y urgencia es la Iniciación cristiana.
Como nos dice el Catecismo de Iglesia Católica, "desde los tiempos apostólicos, para llegar a ser cristiano se sigue un camino y una iniciación que consta de varias etapas (…) con unos elementos esenciales: el anuncio de la Palabra, la acogida del Evangelio que lleva a la conversión, la profesión de fe, el Bautismo, la efusión del Espíritu Santo, el acceso a la comunión eucarística" (n. 1229). Se trata del catecumenado: un camino y un proceso sólido, bien trabado y completo, que acoge a los candidatos a las puertas de la fe, los acompaña a lo largo de varias etapas y los conduce a una fe adulta.
Desde hace años estamos encontrando dificultades crecientes para engendrar y tallar en la fe y la vida cristiana a las nuevas generaciones. Con frecuencia lamentamos con tristeza y desazón que quienes reciben los sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación, Eucaristía) no llegan a ser discípulos de Jesús y testigos suyos en la Iglesia y en el mundo, y que pronto se alejan de la Iglesia.
Esta realidad nos tiene que interpelar y mover a una conversión pastoral, como nos pide el papa Francisco No podemos mantener una situación, en la que la mayoría de los procesos de iniciación cristiana son débiles y no conducen a una confesión personalizada de la fe, a una inserción viva en la comunidad eclesial, y a una implicación gozosa en la vida y misión de la Iglesia. Por ello nos hemos de hacer la pregunta: ¿Cómo hacer un cristiano hoy?
Antes de nada hemos de asumir que el contexto social ha cambiado radicalmente. Ya no vivimos, como hace unos años, en una sociedad homogénea, con una cultura y un ambiente social cristianos, donde la iniciación cristiana era acompañada y realizada de forma espontánea por la sociedad y la tradición familiar, apoyadas por la catequesis parroquial y la escuela donde se impartía una formación cristiana. Esa situación ya no se da; pero en la práctica seguimos actuando como si nada hubiera cambiado.
El pluralismo religioso, la secularización de la sociedad y de las instituciones, la descristianización ambiental, el laicismo excluyente y beligerante, el proceso de alejamiento y el abandono de numerosos bautizados, el fuerte impacto de los medios de comunicación sobre todo en niños y jóvenes, el debilitamiento de la familia en su tarea educadora y transmisora de la fe, entre otros fenómenos, cuestionan la iniciación cristiana, tal como la seguimos ofreciendo en general. El proceso de iniciación que reciben hoy muchos bautizados es un proceso superficial, discontinuo e incompleto, que difícilmente puede asegurar consistencia y coherencia cristiana.
Por todo ello, al comenzar un nuevo curso tendremos una Jornada diocesana de Apertura del Curso pastoral sobre la Iniciación cristiana, uno de los objetivos concretos para este curso. Juntos rezaremos y reflexionares sobre los problemas de fondo de la Iniciación cristiana: qué es la Iniciación cristiana, qué es lo que constituye a un cristiano, cómo se hace un cristiano, cómo hay que plantear hoy la iniciación cristiana en un mundo que ha cambiado tanto.
La Jornada tendrá lugar, Dios mediante, el sábado 16 de septiembre, por la mañana, en el Seminario Diocesano Mater Dei en Castellón. A ella os invito a todos los cristianos católicos. Hasta ese día os saludo a todos.